Que el 70% de las mujeres y personas con vagina haya reconocido fingir un orgasmo alguna vez en su vida es un dato que no es nuevo para casi nadie. Y hacemos hincapié en el “haya reconocido”, porque el fingir no fingir también se puede dar y se debe tener en cuenta.

 

Ahora bien, ¿por qué fingen? Seamos clar@s, sabemos que el orgasmo no depende única y exclusivamente de la calidad de la relación sexual y que el factor psicológico es superimportante. Pero con nuestros consejos, seguro que te será sencillísimo hacer que llegue.

 

1. El clítoris no es un timbre

O sí, así que no le des tan fuerte o terminarás fundiéndolo. El clítoris es uno de los puntos más sensibles y puede provocar que llegue en menos de un minuto, si sabes cómo.

Lo primero, localízalo bien: el clítoris es esa especie de perlita que marca el inicio de los labios. Lo segundo, el clítoris es algo muy personal, así que no a todo el mundo le gusta que se lo estimulen de la misma manera. Un dedo, dos, en círculos, toquecitos... ¡te toca descubrir qué le gusta más a tu compi de juegos!

 

2. No olvides los pechos

A todo el mundo le enloquecen los pechos, ya sean grandes, pequeños o medianos. Pero luego os olvidáis de ellos, los dejáis abandonados, botando sin rumbo. Y no, son cruciales. ¿Sabías que hay personas que son capaces de llegar al orgasmo simplemente con la estimulación de los pezones? Pues ya lo sabes.

Acarícialos, lámelos, mordisquéalos o incluso atrévete a probar accesorios para estimular los pezones de tu pareja. Verás cómo, en un segundo, tu compi empieza a encenderse. Y tú también.

 

3. El conejito de Duracell en la cama... NO

Y no es por lo de que “Y dura y dura y dura...”, eso nos parece bien –dentro de unos límites –, sino por lo de conejito. Para conseguir un ritmo constante, ya existe el otro conejito. Para todo lo demás, lo ideal es que te muevas con salero, con cambios de ritmo (que no con arritmia), y que tengas en cuenta las reacciones de tu compi de juegos. Y de aquí excluimos el clásico rapidín, superpasional e intenso, fuente inagotable de orgasmos. Y los sprints finales, por supuesto.

 

[lead-capture]

4. El sexo es comunicación

No hace falta que tengáis una charla-coloquio después de cada coito. Pero sí que está bien que comuniquéis qué os ha gustado más, qué os ha gustado menos y qué os apetece probar porque lo habéis visto en una peli/revista/lo que sea.

También es crucial comunicar durante el sexo. Pregunta si le gusta así o asá, si se siente a gusto. Detalles bonitos que facilitan el flujo de información.

 

5. Haz que se sienta una deidad

A veces pecamos de inexpresivos durante el sexo. Si a ti te pone ver a tu pareja disfrutar al máximo, te aseguramos que a ella le pasa lo mismo. ¿Lo hace bien? Pues que se note.

Y es que no hay nada para llegar al orgasmo como sentirse una deidad del sexo, desead@ y de todo. Así que dile lo sexy que está, lo mucho que te pone y las ganas que tienes de hacer que disfrute.

 

6. A veces, menos es más

Por algún motivo, hablamos de la postura del misionero como si fuera lo peor del universo. Para gente sosa, aburrida, para quienes solo lo hacen por cumplir.

NO. Mentira cochina. El misionero es una postura muy común, sí. Y lo es porque es cómoda, íntima, permite una penetración profunda y un fácil acceso al clítoris. Si crees que a tu compi le cuesta llegar, empieza con una postura como esta, que os permita mantener contacto visual y estar muy cerquita. Y luego ya os revisáis el Kamasutra de arriba a abajo.

Eso sí, hemos dicho A VECES. Tampoco te apoltrones.

 

7. Cada persona es un mundo

Puede que a tu ex le encantara que le dijeras que l@ querías mientras lo hacías y que le acariciaras el pelo con dulzura. Pero también puede que a tu compi actual ese rollo no le vaya nada y que prefiera que, durante el sexo, le demuestres que estás al mando.

Hacerlo por primera vez con una persona es un poco como volver a perder la virginidad, pero menos torpe, eso sí. Así que daos un tiempo para conoceros en la cama, experimentad, descubrid qué se os da mejor hacer junt@s, y vuestro esfuerzo se verá recompensando.

 

8. El orgasmo no lo es todo

El sexo no es una carrera de fondo. Muchas veces las mujeres y personas con vagina fingen porque creen que, si no lo hacen, pensarás que no han disfrutado. Se puede disfrutar muchísimo del sexo sin tener un orgasmo; así que, si un día tu compi no llega, no te martirices, puede ocurrir. Lo que sí que es muy importante es que nunca seáis egoístas en la cama, porque esto es (como mínimo) cosa de dos.

 

...

 

¡A disfrutar!