Atrévete a explorar el sexo desde una perspectiva nueva

En la cuarta temporada de The Bold Type, hay un capítulo en el que Kat liga con un chico que le pide que lo penetre. Al principio, Kat es reacia a su propuesta, porque el orden de las cosas es que, en las relaciones cisheterosexuales, el hombre penetre a la mujer. Sin embargo, en un ejercicio de revertir los roles de género, Kat decide probar el pegging, y la experiencia resulta gustarle más de lo que esperaba. 

 

¿Qué es el pegging?

Pegging (que aún no tiene traducción al español) es un término que acuñó el columnista Dan Savage en 2001, a través de un proceso de participación con sus lectorxs, para dar nombre a la práctica sexual en la que una mujer penetra a un hombre analmente mediante el uso de un juguete sexual sujetado con un arnés.

Se produce un intercambio de roles: la persona que normalmente penetra (y muy a menudo tiene pene) es penetrada por una persona con vulva gracias a un arnés que sujeta un juguete sexual. Así pues, el pegging está vinculado a la estimulación de la próstata o punto P (6), una zona erógena muy placentera para las personas con pene y que, con la estimulación adecuada, puede proporcionar orgasmos increíbles.  

A pesar de que el pegging siempre se ha entendido en un contexto hetero, hoy en día se utiliza para hablar de una persona de cualquier género que penetra a otra (que tiene pene) analmente con un dildo sujeto a un arnés. Sin embargo, no es una práctica que pueda hacerse a la ligera porque, si no se hace correctamente, puede provocar mucho dolor. Más adelante, te mostramos los pasos a seguir para iniciarte en el pegging con tu pareja sexual, no sin antes contarte por qué esta práctica genera tanto placer.

 

Placer por partida doble

En primer lugar, para una persona con pene, el pegging es muy placentero porque al estimular la próstata, o sea, el punto P, se puede experimentar un orgasmo mucho más intenso, de estos que hacen temblar todo el cuerpo, e incluso múltiples orgasmos

En segundo lugar, es un intercambio de roles que te permite experimentar el sexo de una forma nueva, desde la perspectiva de la otra persona. Para la persona que normalmente es penetrada y de repente ejerce ese papel sobre su pareja, es un ejercicio de empoderamiento que resulta muy estimulante física y psicológicamente. Finalmente, el pegging es una práctica sexual que permite salir de la rutina sexual y, además, mejora la conexión con tu pareja porque es un ejercicio de confianza, comunicación, vulnerabilidad e intimidad.


Pasos clave para una experiencia placentera

Hablar abiertamente con tu pareja

A lo mejor has oído hablar del pegging en un podcast o lo has visto en una serie de televisión, como en The Bold Type o Broad City, y te ha gustado la idea. No es acertado ir a tu pareja y soltarle de repente “Me apetece penetrarte analmente”, como tampoco lo es sacar un dildo y un arnés en medio del asunto con cara de “¿Te apuntas?”

Iniciarte en la práctica del pegging con tu pareja sexual implica tener una conversación larga y tendida, que puede durar mucho o poco tiempo, lo necesario para que ambxs compartais el consentimiento entusiasta de que os apetece probar esto, sin cohibiciones de por medio. Algunas preguntas que pueden hacer son: ¿Por qué nos interesa probar el pegging? ¿Qué es lo que esperamos de esa experiencia? 

 

Comprar el material necesario y familiarizarte con él

Una vez haya un sí entusiasta para probar el pegging por ambas partes, no está de más informarse sobre esta práctica (Revisen que la información provenga de una página u opinión experta en sexología). Lo siguiente es hacerse con el material necesario para llevarlo a cabo.

 

Dildo

En primer lugar, necesitan el juguete sexual con el que realizar la penetración. Puede ser un dildo o un vibrador. Si es la primera vez, es recomendable comprar un dildo de tamaño pequeño y, sobre todo, que el material sea de silicona, que es más fácil de limpiar y flexible, para que sea menos doloroso (porque no debe generar dolor).

Seguramente unas cinco veces más pequeño que lo que estás pensando. Otra opción es comprar varios tamaños, y así ir subiendo el nivel. Como realmente hay muchísima oferta y es difícil ver cuál es la mejor opción para ti. Lo más importante es que en estos procesos de investigación y compra de los materiales haya un diálogo constante entre ustedes. 

Por último, puede ir muy bien practicar antes con estos plugs anales para que la experiencia sea lo más placentera posible. 

T-Rex
Arnés

En Platanomelón tenemos este arnés ideal para iniciarte en el pegging. Samba es fácilmente ajustable, muy resistente y cómodo. Siempre es buena idea que la persona que va a penetrar se familiarice con el dildo y el arnés y que se lo pruebe antes, para que cuando llegue el momento todo sea más sencillo. 

 

Lubricante

La mejor opción es un lubricante a base de agua, porque es compatible con el dildo de silicona y con los preservativos. Sin embargo, para el masaje o estimulación previa anal pueden usar un lubricante de silicona, que no es tan absorbente como el de agua. Ahora bien, cuando entren en juego el dildo o el preservativo, se debe cambiar al lubricante a base de agua para que estos no se estropeen.

Gel Love Factory Neutro 30 mL

Una cosa que se debe tener en cuenta es que el ano es muy absorbente, por lo tanto, tiene que recibir lubricación de forma continua. No tengan miedo a usar mucho lubricante porque es lo que hará que la experiencia del pegging sea realmente placentera. 

Si te has fijado, no hemos mencionado en ningún momento una crema anestésica para el dolor. Efectivamente, no es recomendable usar un producto anestésico, ya que no sentiremos si nos están haciendo daño, y es esencial notarlo para poder parar a tiempo. Si alguien empieza a sentir dolor, esto es señal de que hay que parar. Se trata de otra oportunidad para poner a prueba vuestra buena comunicación, es importarte asegurarse de preguntar a la persona que está siendo penetrada si necesita más lubricante. 

 

Con calma y lubricante

Antes de empezar con el pegging, deben establecer una palabra de seguridad, en caso de que la persona penetrada quiera parar. Recomendamos que no sea una palabra que pueda usarse dentro del contexto sexual, por ejemplo “rojo”. Una vez establecida la palabra de seguridad, el siguiente paso es tomárselo con calma. 

Quien marca el ritmo y quien siempre tiene el control es la persona penetrada. No hay ninguna prisa. De hecho, es un buen momento para disfrutar de las sensaciones. Como ya hemos dicho, el pegging es una experiencia placentera para ambas personas involucradas, siempre y cuando haya comunicación (y mucha lubricación).


Empezar por las posturas fáciles

Como tantas otras prácticas sexuales, no hay posiciones mejores o peores para el pegging. La mejor posición será la que más guste o la que resulte más cómoda. Ahora bien, si es la primera vez que lo hacen, las mejores posiciones para comenzar son el misionero elevado (con una almohada, para tener más ángulo) que te permite establecer contacto con los ojos de tu pareja y es más íntimo, o el perrito, que permite penetrar más fácilmente y tener más control, aunque como siempre marcará el ritmo la persona penetrada.


Tener una estrategia de salida

A pesar de que el riesgo es muy bajo, cuando tienes sexo anal puede ocurrir algún que otro desastre, como por ejemplo que salgan un poco de heces. Esto ocurre a veces y no pasa nada. Si no se tiene la madurez suficiente como para lidiar con esto, tampoco para tener sexo anal. Simplemente hay que ser consciente de que puede ocurrir y lo mejor es estar preparadx. Esto quiere decir que no hay que provocar un escándalo, porque nuestra pareja puede sentirse profundamente humillada, y hay que tener siempre a nuestro alcance una toalla o unas toallitas húmedas. Otra alternativa es hacerlo directamente en la ducha.


Aftercare
El aftercare es muy importante que esté presente después de cualquier experiencia sexual, porque es una cuestión de responsabilidad afectiva. Sin embargo, que haya una sesión de cuidados después del pegging es ab-so-lu-ta-men-te fundamental. Tanto a nivel físico, ya que los tejidos anales son delicados y es normal que estén resentidos después del sexo, como a nivel psicológico.

El pegging implica que una persona que normalmente penetra, es penetrada. Esto está aún muy estigmatizado y es posible que en la fase de reposo de la respuesta sexual, nuestra pareja esté teniendo una crisis de identidad sexual (por ejemplo, el sexo anal está muy asociado a la comunidad gay), puede que te pregunte si todavía la ves como una persona atractiva por haber llegado a un nivel de vulnerabilidad al que no había llegado antes. Además, debes asegurarte de que comuniques que el placer ha sido compartido, que has sentido mucha conexión con tu pareja y que lo has disfrutado mucho.