Quizá hayas escuchado hablar del squirting. Es uno de los términos relativos al sexo más buscados, pero aún es un gran desconocido a pesar de que Hipócrates o Aristóteles ya hablaban de “eyaculación femenina”. ¡Mira si es antiguo!
Y, miles de años después, seguimos luchando contra los tabúes 👊
En China, en el siglo IV, también se escribía sobre ello y se decía que era algo muy bueno y místico. Incluso en el libro por excelencia sobre sexualidad, el Kamasutra, se le hace una pequeña referencia.
La realidad es que el squirting forma parte de la respuesta sexual y de los juegos eróticos. Si te estás preguntando “¿Por qué probarlo?”, nuestra respuesta es la de siempre: “¿Y por qué no?”.
Pero... ¿qué es esto?
“Squirting, qué palabra tan rara…” pensarás. Bien, a veces los anglicismos quedan más elegantes y menos genéricos. Usamos esta palabra porque la traducción literal (¿chorrear?) podría llevar a confusión.
El lenguaje también cambia y evoluciona 😊
El squirting se produce cuando, con los estímulos adecuados, la uretra deja escapar cierta cantidad de fluido. La cantidad varía mucho dependiendo de la situación y la persona, desde unos pocos mililitros hasta más de 110.
En realidad, el líquido expulsado se parece bastante a la orina… pero no lo es.
¿Cuál es el origen?
De momento, como ocurre con tantas y tantas cosas poco estudiadas sobre la sexualidad, el conocimiento es más bien escaso.
A finales del siglo XIX se descubrieron unas glándulas en la pared frontal de la vagina, rodeando la uretra, las glándulas de Skene. Se cree que trabajan de un modo similar a la próstata. Son las responsables de la eyaculación “femenina”.
¡Ojalá no tengamos que esperar otro siglo para conocer todos los detalles!
¡Importante! Ten en cuenta que el tamaño y forma de las glándulas varía mucho dependiendo de la persona… De hecho, en algunos casos ni siquiera existen (y no pasa nada). ¡Cada persona es un mundo!
La zona G, básica
Si quieres experimentar con el squirting, ya sea a solas o con tu pareja, lo primero es tener clara la ubicación de la zona G. ¿La recuerdas? No te preocupes, te la mostramos en este dibujo:
En nuestro libro Entérate (¿aún no lo tienes? 😉) lo explicamos así: “La zona G suele estar situada a entre 3 y 5 cm de la entrada vaginal […]. Al tocarla, notarás que es una zona mucho más rugosa que las demás, parecida a la primera parte del paladar […]”.
¿Quieres probarlo? ¡Adelante!
Es bastante probable que alguien de tu entorno o tú lo hayas experimentado. ¡Es bastante habitual! Aunque, normalmente, sucede casi por casualidad.
Manos a la obra y a experimentar: ¡así lo casual se convertirá en habitual! 😉
Paso 1 - ¡No es un trabajo de clase de ciencias!
Lo primero, vamos a relajarnos. ¡Esto va de diversión!
El squirting habitualmente se produce por placer, así que no convirtamos la experiencia en experimento científico. Ya sea con otra persona o en solitario, ¡juega por disfrute!
Vamos a pasarlo bien, ¡ese es nuestro único objetivo! Olvídate de la zona G, del squirting y de los manuales de anatomía… Como bien sabes, en los juegos sexuales no hay una meta concreta, salvo disfrutar el máximo.
Y el camino es muuuy divertido de recorrer 🥳
Disfruta las caricias, los estímulos externos, juega con el clítoris… que llegue la excitación. Haz lo que más te apetezca y cuando sientas (o sientas) que ha llegado el momento, sigue adelante.
Paso 2 - El gancho
Tenemos un maravilloso instrumento de placer en el extremo del brazo: ¡la mano! La estimulación manual funciona de maravilla.
Podemos adaptarnos al contorno como mejor queramos. Para practicar el movimiento de gancho es mejor que la persona que quiere disfrutar del squirting esté tumbada bocarriba. No es por nada en especial. Simplemente es más sencillo y cómodo, y estará más relajada.
Con el dedo índice, o el índice y el anular, estimula la zona G flexionando los dedos con un movimiento similar a cuando haces un gesto a alguien para que se acerque (“Oye, ¿puedes venir aquí?”). Todo va a depender del ángulo, la profundidad y el diálogo, en el caso de que no te lo estés haciendo a ti mismx.
Ir explicando hacia dónde y cómo se deben dirigir los movimientos es un divertido juego… 😉 ¡Hay que tomarse el tiempo de descubrir y disfrutar!
Paso 3 - ¡Juguetitos!
Aunque los dedos son unos instrumentos geniales, hay juguetitos que pueden conseguir un increíble efecto.
Genio Plus, por ejemplo, está diseñado específicamente para la zo|na G. Tiene un tamaño ideal, es silencioso, cuenta con 10 velocidades y es completamente sumergible (¡imagina las posibilidades bajo el agua!). Es tan pequeño que parece mentira la tremenda potencia que tiene.
Y si quieres entrar en el futuro del placer desde ya; te recomendamos probar a Mambo, el succionador más avanzado de Platanomelón, ¡tu aliado clitorialmente explosivo!
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Mambo estimula toda la estructura del clítoris, por fuera, por dentro y profundamente. Conseguirás orgasmos más intensos, incluso múltiples y, ¿por qué no?, puede que te ayude a experimentar un squirting. ¿Te atreves a bailar al ritmo de Mambo?
“¡Oh, qué maravilla!” vs “¿Hola…?”
Cada persona es totalmente diferente, por lo que el squirting se vivirá de modos muy distintos. Es normal.
Hay gente que vive un orgasmo espectacular, otras personas disfrutan sensaciones poco habituales, como temblor en los muslos y mucho calor. En ocasiones no existe diferencia entre la sensación del squirting y el clímax con otros orgasmos (¡salvo el fluido evidente!).
🎼 El squirt encontrar
todo es empezar 🎼
También puede ocurrir que se produzca el squirting y que ni siquiera se haya alcanzado un orgasmo. Como te decíamos, ¡esto no es un experimento científico!
...
Puede pasar de todo, y esa es la gracia, ¿verdad? La sorpresa de la incertidumbre es más excitante 😊 ¿Listx para experimentar?