Aunque siempre nos gustaría dormir a pierna suelta; quien más, quien menos, todxs sufrimos sueños poco agradables.

Algunos pueden dar mucho miedo, y otros una angustia que va a más. La mayoría producen risa… ¡una vez te despiertas y analizas la rara situación!

"¡Esto es un sinvivir!"

Los hay de todo tipo y para todos los gustos. Algunos son muy recurrentes y comunes: salir a la calle sin ropa o sin zapatos, descubrir que estamos desnudxs en medio de una reunión… También están los sueños que dan más miedo, aunque muchas veces ni siquiera los llegamos a recordar. Solo nos queda la angustia, el pulso acelerado y un sudor frío… ¡Y el posible susto de la persona que esté a nuestro lado!

Porque las pesadillas las sufres tú, pero el grito en mitad de la noche puede dejar al borde del infarto a tu compi de cama 😉

Vamos a ayudarte a que entiendas un poco mejor por qué el cerebro nos juega malas pasadas cuando estamos “desconectadxs”.

¡Y, además, aprenderás a llevarlo mucho mejor!

¿De dónde vienen las pesadillas?

¿Formateo de la memoria, reprogramación, neuronas con el piloto automático…? Ni siquiera la gente más experta se pone de acuerdo sobre para qué sirven los sueños. En lo que sí coinciden es en que en ellos hay un reflejo del subconsciente.

"¿Por qué soñamos lo que soñamos?"

A veces, los sueños inquietantes son hechos traumáticos reales; en otras ocasiones, se produce una interpretación de algo que nos preocupa (por ejemplo: no poder caminar o no tener fuerzas equivale a “¿Seguro que puedes con todo?”).

Para este tipo de sueños hay dos términos distintos: pesadillas y terrores nocturnos.

Las pesadillas se dan en una fase profunda del sueño (la fase REM, cuando los ojos se mueven muy rápido). Los terrores nocturnos, en cambio, ocurren al principio del sueño y no es un sueño en sí mismo, sino una sensación de temor que nos hace despertar.

Sean de un tipo o de otro, ¡no hacen ninguna gracia!

Por qué se producen y cómo terminar con ellas

El mito (no tan mito) de las pesadillas después de comer

Si eres de esas personas a las que les encanta cenar tarde o no se resisten a hacer un pequeño tentempié de madrugada, tendrás más propensión a sufrir malos sueños o a tener un sueño más ligero. Y no, no es por la mala conciencia de saltarse la dieta, sino porque activas tu metabolismo y el cerebro se pone en guardia.

Este es tu cerebro si lo activas antes de ir a dormir 🤨

Algo similar ocurre con las personas que practican deporte muy tarde. Por mucho cansancio que tengamos, estamos activando tanto nuestros músculos como nuestras conexiones nerviosas. ¡Será muy difícil convencer al organismo de que se ponga a dormir cuando le apetece jarana!

Un primer paso para dormir bien es acostarte con la digestión finalizada y el cuerpo relajado. Si has hecho ejercicio intenta que transcurran varias horas antes de meterte en la cama.

Y no lo fuerces, ¡si te duermes con sobreexcitación, será más habitual tener dificultad para relajarte y sufrir malos sueños! 

Chupito de mis pesadillas

Las bebidas alcohólicas son engañosas y se incluyen en la lista de “remedios caseros (falsos) para dormir mejor”.

Aunque el alcohol relaja e incluso da sueño, hace que tu sueño sea mucho menos profundo y más inquietante. Lo mismo se puede decir de algunos tipos de medicamentos, y más si se combinan con bebidas alcohólicas (¡ojo!, además de malo para dormir, puede ser peligroso).

Como inductor del sueño es un poco tramposx... 😱

Lee los prospectos. Te sorprenderá descubrir, por ejemplo, que ciertos tipos de medicamentos inducen a terribles pesadillas que parecen reales.

En general, evita el alcohol, la cafeína, la nicotina y ciertos medicamentos y verás como mejora tu descanso rápidamente. Y si tienes alguna duda, consulta a tu médicx.

¡Es así de fácil!

Los malos sueños “de serie”

¿Formas parte de la gente que tiene malos sueños “porque sí”, sin motivo aparente? Salvo que te dediques a actividades muy maléficas, de las que pasan factura, suele haber un remedio profesional.

Ya sabes el dicho: “¡No te preocupes, ocúpate!”. Las pesadillas pueden venir por ansiedad, antiguos traumas, estrés… Para todo ello hay especialistas en trastornos del sueño que investigarán dónde está el problema y te harán la vida más sencilla.

Ir a terapia del sueño te puede ayudar muchísimo si es un problema que persiste 😊

A veces se trata de trastornos puramente físicos, como el síndrome de las piernas inquietas. Las personas que lo padecen no pueden dejar de mover las piernas para sentirse cómodas, por lo que descansan fatal (una media de cinco horas al día). Hay gente que piensa que esto forma parte de su vida y lo deja pasar, cuando con un correcto diagnóstico hay soluciones que lo tratan.

Si en tu noche a noche es habitual descansar mal y sufrir pesadillas, seguramente solo te falten las herramientas adecuadas. Una persona profesional te ayudará a desvelar qué te quieren decir tus sueños. Con una correcta interpretación psicológica y terapia, todo será más fácil. Puedes acudir a una clínica de trastornos del sueño para que te guíen mejor 😊    

¡Hola! Soy tu cerebro y quiero decirte algo

Imagina que sueñas cada día con tu superior. Te persigue con un teléfono móvil de dos metros intentado pegarte con él en la cabeza. O sufres pesadillas con una persona de tu entorno que no para de contarte cada día rollos tremendos. Te despiertas de un sobresalto, has soñado con cerrarle la boca con pegamento, y eso que no eres una persona agresiva.

En ocasiones no hay pastillas, terapias, relajaciones zen ni consejos que valgan, salvo interpretar lo que te está gritando tu subconsciente. Escucha atentamente, te está diciendo: “Esto no puede seguir así. Lo estás pasando mal. ¡Como no lo arregles voy a seguir proyectando el ciclo Sueños Terribles!”.

Que tu cerebro no te tenga así...

En ocasiones es necesario ponerse manos a la obra y empezar a cambiar las cosas que no te hacen sentir bien para estar mejor contigo mismx. ¡Valora qué es lo que realmente te merece la pena y cómo afrontarlo!

Si buscas soluciones a tus problemas, soñarás menos… y mejor.

Por último… el método Pesadilla en Elm Street

Quizá hayas visto el clásico del cine de terror al que hacíamos referencia al principio del artículo. Para que no te engañes: la película ha envejecido regular, pero nunca está mal ver la primera aparición de un jovencísimo Johnny Depp. 

Lo que sueñas NO es la realidad 😜

Te recordaremos el argumento: un tipo bastante chamuscado y con un jersey a rayas se la tenía jurada a un grupo de adolescentes. Se les aparecía en sueños, atormentándolos.

Bien… la única forma que encuentran de hacerle frente es restarle poder diciendo “Esto es solo una pesadilla”. En general, nuestros grandes temores, incluyendo los malos sueños, suelen ser solo eso: miedos sin fundamento.

Las terapias más avanzadas apuntan en esa dirección: podemos ensayar y reprogramar lo que soñamos. Y dentro del sueño tenemos la capacidad de decir “Hasta aquí. No me apetece pasarlo mal”. Por supuesto, requiere de cierta práctica…

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¿Te apetece conocer otras técnicas que te ayudarán a dormir como un tronco? Puedes seguir estos 10 pasos para descubrir el placer de dormir 😉