Ya no es taaan extraño hablar de juguetes sexuales, pues en realidad los vemos en muchos lados. Sin embargo, sigue habiendo confusión en los tipos de juguetes que existen, pero ¡no más!, aquí te vamos a explicar y dejar en claro las diferencias entre cada uno. ¿Listx?
Lo primero que debes saber es que los consoladores NO existen. Aunque la RAE lo defina como “un aparato generalmente en forma de pene, utilizado para la estimulación sexual”, la realidad es que los juguetes no son para dar consuelo, ni son solo para lxs que no tienen pareja; si creyéramos en eso, estaríamos diciéndole a las personas que masturbarse a solas es solamente para solterxs, ¡y nada más lejos de la verdad! Hoy sabemos que masturbarse es una forma de darse amor y de autoconocimiento, que podemos hacer a solas o compartir con otra persona y que, además, podemos hacerlo con o sin juguetes. Entonces... no es que busquemos consuelo, buscamos siempre placer y diversión ¡y encontramos ambas cosas! 🥳
Ahora que ya aclaramos que la palabra consolador no existe en nuestro vocabulario, empecemos hablando de los dildos.
Dildos
Un dildo es un objeto, por lo general de forma fálica, que no vibra. Existen dildos de distintas formas y para diversos usos como penetración vaginal, anal o bucal. Algunos de estos dildos se colocan en arneses para penetrar a otra persona, o hay algunos que tienen ventosa para jugar en el baño. En cuanto a los materiales, los hay de distintos: silicona, cristal, metal, piedra, jelly, madera, hielo... ¡uf, una cantidad de materiales que ni te imaginas!
Un dato curioso de los dildos es que fueron los primeros juguetes sexuales de la historia, pues se tienen pruebas de que existen desde la era paleolítica, también se usaron en la antigua Grecia y eran llamados olisbos, que significa resbalar o deslizar y se lubricaban con aceite de oliva. En Roma eran conocidos como Diletos, que significa deleite. Como ves, desde hace muuuchooo tiempo los dildos se han usado para el placer sexual, pues siempre nos las hemos ingeniado para ¡disfrutar!
Vibradores
Y claro, como la humanidad es taaan creativa, no nos podíamos quedar sólo con dildos que no hicieran nada más que penetrar y resbalar. Y Cleopatra lo sabía: por eso, fue la primera en crear un vibrador según informes del antropólogo y psiquiatra Philippe Brenot. El vibrador que creó Cleopatra tenía un mecanismo muy particular, pues era un papiro enrollado con abejas revoloteando dentro. Muy ingeniosa, ¿no?
Mucho tiempo después, por ahí de 1880, existía una supuesta enfermedad llamada histeria que sólo aquejaba a mujeres. Las mujeres atacadas por esta “histeria” acudían a consulta médica para que por medio de un masaje pélvico (sesión de masturbación), les ocasionaran un orgasmo “curándolas” así de tan terrible enfermedad. Era de esperarse que los médicos de la época acabaran cansados después de atender a cada paciente por lo menos durante una hora. Ante tal situación, el doctor Joseph Mortimer Granville inventó el primer vibrador electromecánico de la historia. Este aparato se comercializó y su uso se normalizó durante mucho tiempo, hasta que se le dio una connotación sexual al eliminar la histeria del catálogo de enfermedades (¡por fin!) y al aparecer en películas pornográficas 🙊. Tuvieron que pasar muchos años para que regresaran a la luz...
Hoy un vibrador es un aparato que por medio de motores que se recargan o usan pilas, emite vibraciones de distinta forma y con distintas intensidades. Los hay de distintas formas muy divertidas, de distintos tamaños y con diferentes funciones. Se les puede encontrar de uso externo (zonas erógenas, vulva y clítoris, por supuesto) o interno (para estimulación de las paredes vaginales, el ano, la próstata y de la Zona G); los hay para principiantes y para personas más avanzadas, ¡todo un mundo de vibrantes posibilidades!
Succionadores
La humanidad no se conformó y como siempre se quiere más, había que crear algo específico para estimular el clítoris, el único órgano de las personas con vulva destinado al placer. Fue entonces que en 2012 Michael Lenker y su esposa crearon ¡el primer succionador de clítoris de la historia! A partir de ahí la industria de los juguetes sexuales se dio cuenta de la importancia de darle amor al clítoris, y por ello ahora encontramos distintos tipos de succionadores.
Aunque si bien la palabra succionar no es la más acertada, estos juguetes han llegado para volar la mente y los clítoris de las personas con vulva. Mambo, por ejemplo, tiene una tecnología mucho más avanzada y especializada que el primer succionador de la historia.
Ahora ya puedes decir que eres expertx en diferenciar un dildo, un vibrador y un succionador, y esto también te servirá para poder elegir mejor a la hora de comprar. Pero si no sabes cuál elegir te dejamos un test que te ayudará a decidir. Ahora sí, ¡a jugar!