¿Alguna vez te habías preguntado cuándo se empezó a asociar la comida con la sexualidad? La respuesta es sencilla: desde el principio de los tiempos.
La manzana que despertó el deseo y el pecado. La cereza, símbolo de la virginidad en muchas culturas. Las ostras, el chocolate, los higos, la miel, el jengibre... una larga lista de alimentos que relacionamos con el sexo y que, ya es inevitable, nos dan ganas de jugar con nuestra pareja.
Y es un hecho: ¿Hay algo más sexy que mojar fresas en crema batida y saborearlas lentamente ante los ojos de tu pareja? ¿O que comer un plátano mientras miras fijamente a tu compi de juegos? La respuesta es no. Así que hoy no vamos a darles recetas afrodisíacas, porque el afrodisíaco serán ustedes.
Empiecen con ostras
Las ostras siempre se han considerado un alimento afrodisíaco. ¿El motivo? Su abrumador parecido con los órganos genitales femeninos. Y en gran medida, por la manera en la que se consumen, casi como bebiéndolas. Empiecen la cena con unas ostras y pensando en lo que les gustaría estar haciendo en realidad.
¿Quién necesita platos?
Se ha puesto de moda el Nyotaimori, comer sushi del cuerpo desnudo de una persona. ¿Por qué no probar algo parecido? No te estamos diciendo que pongas un filete de ternera encima de tu pareja y te lo comas, pero pueden jugar con frutas, con cava... Empiecen con pequeños lametones y terminarán temblando de ganas de que se termine la cena.
Jueguen
Imagina lo divertida que puede ser la cena si aprovechan para jugar al mismo tiempo. Un pequeño vibrador con control remoto será el complemento ideal a cualquier cena ligeramente subida de tono.
Pierdan los sentidos
Jueguen a taparse los ojos y adivinar qué están comiendo. O dejen que su pareja les dé de comer. Pueden sorprenderse mutuamente, darse un beso inesperado, morder su cuello... ¡Lo que más les guste!
Orgasmo a los postres
Después de un menú tan provocativo, podrán llevarse el postre a la cama. Quién necesita un tazón para las fresas con crema cuando se puede usar el cuerpo de la pareja. Pon crema en los sitios más deliciosos de tu compi de juegos, o directamente en su boca, y empieza con la que promete ser una noche muy placentera.
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Bon appetit!