El sexo anal es una práctica que no todo el mundo se atreve a probar, ya sea por miedo, pudores o vergüenza 🙈 Además, muchas veces se asocia el sexo anal a un juego en pareja. Pero la realidad es que podemos tener sexo anal en solitario y disfrutarlo mucho. Atentx, vamos a explicarte cómo y por qué.
¿Por qué debería probar el sexo anal en solitario?
Como hemos comentado en múltiples ocasiones, la masturbación es el ABC del sexo. Es más difícil disfrutar de las relaciones en pareja si antes no has descubierto y gozado de tu cuerpo y mente por tu cuenta. Cada persona es un mundo y en nuestras manos está descubrir qué es lo que nos gusta y qué no.
Y ¿qué entendemos por masturbación? Si piensas en el placer a solas, seguro que lo primero que se te viene a la cabeza son los genitales. Sin embargo, hay muchas zonas erógenas como los pezones o el ano que, a pesar de ser muy placenteras, se olvidan muy fácilmente. ¿Te atreves a descubrir orgasmos nuevos y superintensos con la masturbación anal?
1. Presta atención a las nalgas
Cualquier experiencia sexual será más fácil y placentera entre más excitadx estés. Así que no vayas al grano y de momento olvídate del ano.
Juega con las nalgas. ¿Lo has hecho alguna vez? Es muy sencillo: acaricia toda la zona y coloca las manos en los pliegues donde se unen las piernas y los glúteos. Ahora desliza los dedos a lo largo del pliegue, desde la zona interna del muslo a la externa, y repite este movimiento tantas veces como lo pida tu cuerpo hasta que entres en calor.
2. Relajáte, no hay por qué preocuparse
Que estés iniciándote en el sexo anal no significa que no puedas disfrutarlo desde el primer momento. Por algo hay que empezar, ¿no? Relájate, no hay razón por la que preocuparse o sentirse intimidadx.
Tómate tu tiempo antes de comenzar y despierta tu excitación con fantasías, películas o libros eróticos. Siéntate con la cadera un poco adelantada y las piernas abiertas de par en par (hasta donde puedas hacerlo con comodidad).
Cuando estés preparadx, embadúrnate los dedos medio e índice con lubricante de silicona, que es más denso y resistente, lo que lo hace ideal para los juegos anales. Este paso es imprescindible porque ¿sabías que el ano no lubrica de forma natural?
Para que la experiencia sea mejor es superimportante relajar los músculos de la zona, así que hazte un masaje en la entrada del ano. ¡Pero aún no entres, esto vendrá luego! 😏
Si todavía sientes un poco de en tensión, ayúdate con un relajante anal. Este producto crea una capa protectora que reduce un poco la sensibilidad pero no anestesia la zona. Así podrás relajarte y empezar a disfrutar.
3. Ve entrando poco a poco
En la misma posición y con el dedo medio bien lubricado ve abriendo camino e introdúcelo poco a poco en el ano. Al principio notarás como si estuviera cerrado pero a medida que vayas avanzando y estimules la zona verás qué rápido se relajan los músculos del esfínter y cómo tu ano le da la bienvenida al placer 👋
¡Por cierto! Si tienes las uñas largas, ten cuidado porque podrían generar heridas en la zona. Para evitarlo puedes usar un condón o guantes de látex.
Si quieres acceder con más facilidad, ayúdate con un plug anal como T-Rex. Es un tipo de juguete con forma de tapón que está diseñado para dilatar el ano. Si juegas con él, debes utilizar un lubricante a base de agua para no dañar el material y poder usarlo durante mucho tiempo.
Y ¿cómo se utiliza un plug? Primero debes elegir el tamaño. Si es tu primera vez te recomendamos que uses el más pequeño y a medida que te vayas acostumbrando cambies al mediano. Y así hasta que llegues al grande.
Después de haber aplicado un poquito de lubricante, mete el plug poco a poco y cuando lo tengas dentro gíralo hacia un lado y hacia el otro 🌀 Prueba a jugar introduciéndolo y extrayéndolo y verás que a partir de ahora todo fluye más fácilmente.
4. Y ahora, ¿qué hago dentro?
Aunque hay movimientos que no fallan a la hora de estimular el ano como hacer círculos o acercar los dedos a la palma de la mano imitando el movimiento «ven aquí», la forma de estimulación y el placer que sentirás serán diferentes en función de si tienes pene o vulva.
Si tienes pene, debes saber que en el ano está situada una zona erógena que hará que alcances orgasmos más intensos. Se trata del famoso punto P. Tiene el tamaño de una nuez y es muy fácil de encontrar: está en la pared intestinal anterior (la que da con la barriga), a 5 cm de la entrada anal. Ve muy poco a poco para adaptarte a la sensación y no hacerte daño. ¡No olvides que es una zona muy sensible!
Si no sabes cómo hacerlo, confía en Luke, un especialista del placer trasero. Ponte en cuatro patas o acuéstate e introduce el juguete bien lubricado (esta vez con lubricante a base de agua) y activa su movimiento y 9 vibraciones para estimular el ano a la perfección.
Si tienes vulva, también puedes usar a Luke, pero, a diferencia de ellos no hace falta que te adentres tanto para sentir placer. Solo con estimular la entrada del ano y hacer círculos o el movimiento «ven aquí» a pocos centímetros de esta será más que suficiente.
Tengas plátano o melón, a medida que agarres confianza puedes probar añadiendo 2 dedos y así verás si te gusta más o menos.
5. Doble placer
Cuando veas que le estás hallando el truco al tema, acaricia tus genitales al mismo tiempo, verás cómo se multiplica tu placer. ¡Ojo! Independientemente de que tengas vagina o pene, si quieres usar la misma mano con la que has estimulado el ano asegúrate de que esté bien limpia para evitar infecciones. También puedes utilizar un condón o guantes de látex para la estimulación anal.
Si te agobias por tener que hacer dos cosas a la vez, es mejor que utilices un juguete sexual que se dedique a hacer vibrar de placer a tus genitales.
Si tienes vulva, estimula tu zona G o deja que nuestro vibrador vaginal Wally se encargue de darle cariño a la joya del placer, el clítoris. ¿Sabías que al estimular dos zonas erógenas tan potentes como el clítoris o la zona G y el ano existe la posibilidad de que hagas squirting? Eso sí, tenemos que decirte que será difícil conseguirlo a la primera.
6. Toque final 💥 Aumenta las sensaciones
Cuando estés llegando al orgasmo saca del ano el dedo o el juguete. Sí, sí, como lo lees. Es una técnica muy poco conocida y, aunque no tiene mucho misterio, consigue mejorar la experiencia con creces.
Existen juguetes pensados especialmente para llevar a cabo este movimiento. Hablamos de las cadenas anales como Amy. Usa un lubricante con base acuosa para facilitar su inserción y acaríciate los genitales mientras la tienes dentro. Verás que en la base del juguete hay 1 anilla para meter el dedo y que cuando estés llegando al orgasmo puedas sacar la cadena y explotar de placer.
Higiene y comodidad
No importa si estás a solas o en compañía, la comodidad y la limpieza son primordiales. Así que, en primer lugar, asegúrate de que la zona está evacuada para poder jugar con más tranquilidad. En este paso puedes utilizar una ducha anal como Splash que no dejará ni rastro.
Por otro lado, si vas a utilizar vibradores, dildos o plugs asegúrate de que no quedan restos lavándolos con agua y jabón neutro o con un limpiador de juguetes especializado. Así podrás volver a disfrutar con ellos sin preocuparte de infecciones y te durarán mucho más tiempo.
Definitivamente el sexo anal no es solo para parejas. No esperes más y anímate a experimentar algo nuevo.😉