Lunes de sufrimiento, martes de cansancio, miércoles de “Aún queda la mitad”, jueves de “Casi es viernes”, viernes de “Qué venga el sábado…” y el fin de semana llega y pasa tan rápido como un suspiro.
¡Sin darnos cuenta, ya estamos en domingo!
"¡Otra vez nooo! 😩"
El séptimo día está cargado de flojera. Nos sentimos “de domingo” (aunque muchas veces no lo sea), la antesala del lunes, el descanso del sábado… ¡Vaya! Como que se antoja demasiado hacer nada o más bien no queremos hacer demasiado.
En casa, con nuestra pareja de juegos y una buena sesión de series y ventilador (o manta, dependiendo de la época) siempre cabe la posibilidad de sacarle provecho a la comodidad y disfrutar de un encuentro sexual de esos que surgen casi por casualidad, por roce… Un juego con esfuerzos mínimos y placeres máximos. 😉
Tanto Google Maps para ir del sillón a la cama y de la cama al sillón...
Te presentamos 10 posturas para empezar por una clásica cucharita… ¡y terminar en el más intenso de los goces! Y siempre podrás usar tus juguetitos para sacar el máximo provecho…
¡Los domingos ya no serán lo que eran!
Prepárate unas y siéntate cómodx, que esto te va a encantar 😉
La clásica “cucharita”
Es la postura del cariño, pero también una que a todxs nos ha servido de iniciación. ¿Cuántas veces hemos iniciado un juego al sentirnos a gusto y protegidxs? Se trata de una posición inicial ideal como dar el primer paso. Permite caricias y un roce muy suave y lento. La persona situada detrás puede empezar usando sus manos, besar la nuca, acariciar los pechos… ¡Además, facilita la penetración!
De cucharita a cuchara
Pasamos de una pequeña cucharita a algo más atrevido, con un sencillo gesto. Avanzamos un poco más presionando la espalda contra el pecho. La persona que tiene apoyadas las nalgas en su compi de juegos abre las piernas. De este modo se alcanza un nivel distinto de rozamiento, y dejamos un espacio libre para poder acariciar el clítoris o el pene. ¡Esto se pone interesante!
Cabalgata
Seguimos jugando. Ahora el control empieza a tenerlo la persona que se sitúa encima. Extiende brazos y piernas, dobla las rodillas… Ahora se sienten muy cerca, pero desde una posición poco habitual. ¡Disfrútalo! Juega con el roce de los muslos. Si optas por la penetración, la posición favorece una estimulación más intensa… ¿Se te antoja probar un poco más?
Tocando la guitarra
Recuperamos una posición que se asemeja a la cucharita, pero que cambia por completo las reglas del juego. Deja más espacio para acariciar los genitales y permite una penetración diferente, con un ángulo totalmente distinto. Es perfecto para acariciar la zona interna de los muslos, una zona erógena placentera como pocas… La persona que se sitúa detrás puede usar su mano derecha con mucha libertad… ¡A sacarle provecho!
Sin movernos del sillón
Vamos a hacer de este domingo (real o ficticio) un séptimo día memorable. Ahora manda la persona que era “guitarra”. Se sube encima, mientras que su cómplice de travesuras se inclina un poco hacia atrás. ¡Imposible estar más cerca! Puedes mirar a la cara, besar todo lo que quieras…
Todo para mí
Estamos segurxs que con esta postura, lo querrás todo para ti. Hacemos uso de ese taburete al que casi nunca se le hace caso y por fin vemos que fue un dinero bien invertido, ¿verdad?
Mantenemos una posición similar a la anterior, pero esta vez la persona que se sitúa debajo tiene libertad para usar sus manos y empujar fuertemente contra sí a su compi de juegos. Dependiendo de la altura del taburete (y de las piernas), el control lo llevará quien se sitúe arriba o abajo.
Acunando
Ya que hemos probado el taburete, quizá podamos volver al sillón (si es lo suficientemente grande, si no siempre queda la opción de la cama).
Para esta posición se requiere cierta fuerza y destreza, aunque merece la pena probarla. Una de las personas se sitúa debajo, con las piernas estiradas; la otra, se coloca de lado, como si la estuviesen acunando. ¡Todo dependerá de su fuerza y habilidad! Si lo vemos complicado (estamos en modo domingo), podemos pasar a la siguiente. 😉
Vagueando
Una de las personas se queda totalmente tumbada, la otra se sube encima, pero de lado. En esta posición la persona inmóvil se siente dulcemente dominada, cede el control y el trabajo (¡por qué no decirlo!) a su pareja. ¡Es una postura que resulta muy excitante desde ambas posiciones!
Vistas al acantilado
Vamos a echar un vistazo a un acantilado que tenemos muy cerca y ni siquiera lo sospechábamos. Agarramos cojines/almohadas y los acumulamos formando un pequeño montón.
Imaginen que están al borde de un acantilado. Una persona detrás de la otra, mirando el paisaje y dejándose llevar por el momento. ¡Pues es hora de recrear este momento! Pueden usar cojines o almohadas y juntarlos para formar un pequeño montón.
Una persona se apoya contra las almohadas, la otra puede optar por subirse encima e iniciar la penetración o dar sexo oral “con vistas” sujetando los glúteos de su pareja de juegos. Solo queda disfrutar del momento y dejarse llevar.
Barco de vela
Para despedirnos de una manera elegante, ¿por qué no hacerlo ”en barco”?
No apto para todos los sillones, en una cama resulta de lo más excitante. La persona que se sitúa encima puede moverse con libertad absoluta, mientras que la que se encuentra debajo tiene una vista espectacular de las nalgas y la espalda. Además de resultar muy sexy, podemos arquear la espalda en función de la estimulación que deseemos… Recomendamos el uso de un espejo (la visión desde otros ángulos incrementa, y mucho, la excitación).
Tras esta sesión… ¿estás cansadx?
Eso es bueno, hay cansancios muy placenteros. Si sigues nuestra guía, los domingos serán totalmente diferentes. Seguro que llegarás al lunes con otros ánimos (quizás también con moretones) 😉 Una buena dosis de sexo hará que tu mente siga divirtiéndose con los recuerdos tan calientes de lo que has vivido.