Porque sí, un pene demasiado grande es posible

Esto nos ha pasado a todo el mundo. Es una realidad. Quien no ha hecho la broma de “Jajajaja, no hay pene demasiado grande”, y luego se ha tenido que tragar sus palabras. Llegas a casa con el ligue en cuestión, se quita los pantalones y ¡PUM! Sorpresa.

 

 

Y es que, a ver, seamos sincer@s: la profundidad media de la vagina es de 18 centímetros; así que algo mucho más grande puede llegar a ser contraproducente si no se anda con cuidado. Nuestra misión aquí es contarte qué posturas evitar si te encuentras con un miembro viril de un tamaño superior a la media.

Lo primero, te contamos que la media española está en 13,85 centímetros; así que, por suerte o por desgracia (depende de cada persona) esta cuestión no debería preocuparte demasiado. Ahora ya vamos a lo segundo, lo tercero, lo cuarto...

 

Los preliminares

A grandes penes, grandes remedios. Es bien sabido que, cuanto más se prolonguen los preliminares, más placentero será el coito; y más probabilidades tendrás de llegar al orgasmo. Pues esta afirmación, con un pene grande, necesita ser recalcada.

Los preliminares relajarán tus músculos vaginales y favorecerán la lubricación natural. Lo cual nos lleva al siguiente punto.

 

El lubricante

Hazte con un buen lubricante a base de agua. Y olvídate del mítico “Ay, no, que es pegajoso”, porque es una falacia. Hoy en día hay un montón de tipos con efectos diferentes que conseguirán facilitar y potenciar tus orgasmos. Echa un ojo a nuestra gama de lubricantes a base de agua y verás a qué nos referimos ;)

 

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La postura

Aparte de ir con cuidado y con calma, es muy importante que elijas una postura que te permita mantener el control de la situación. Es imprescindible que seas tú quien marque el ritmo y la profundidad, y las mejores posturas para conseguirlo son:

 

On top

Si te pones encima, podrás controlar con tus muslos la profundidad a la que quieres que te penetren, y matarás dos pájaros de un tiro: ¡llegar a un superorgasmo y hacer deporte!

Lo bueno de estar encima, es que existen mil variantes supersexys y divertidas. Puedes darle la espalda, tumbarte boca arriba sobre tu compi, podéis poneros frente a frente...

 

Debajo

Si te pones debajo, es verdad que estás dejando que tu compi ponga todo su peso sobre ti; peeeeero, ojo, porque lo que te recomendamos es que, con tus piernas, agarres sus caderas. Así controlarás el ritmo y la intensidad de la partida.

También puedes probar a ponerte boca abajo, ligeramente de lado y dejar que sea tu pareja te penetre desde atrás con movimientos suaves. Esta postura facilita el acceso al punto G, por lo que ¡el orgasmo está asegurado!

 

De pie

Tiene fama de ser superdifícil; y está claro que, dependiendo de la diferencia de altura entre amb@s jugador@s, esta postura se puede tornar algo más complicada. Pero lo que te sugerimos hoy es algo diferente. De cara a la pared, deja que tu compi entre desde atrás. ¿Por qué recomendamos esta postura? Porque te permite tener una mano libre para que regules la profundidad a la que entra, ¡y la otra para que juegues contigo mism@!

 

...

 

Ahora nos gustaría que nos contaras si alguna vez te has encontrado en una tesitura similar; ¡y cómo has conseguido salir airos@!