No te preocupes, ¡a todxs nos pasa! A veces vivimos esos periodos de larga sequía en los que ya ni recuerdas cuándo disfrutaste de tu último orgasmo. Si te pasa, no te apures, ¡no hay nada de qué preocuparse!
¿Por qué no nos ponemos manos a la obra para saber qué efectos tienen en tu cuerpo?
Lo cierto es que dejar de disfrutar del sexo, en solitario o en pareja, provoca reacciones que te sorprenderán.
¡Subiendo la moral!
De entrada, tu salud puede empeorar y quizá ese dolor de cabeza es por algo: no tener sexo con frecuencia te puede subir la tensión arterial.
Otro efecto secundario es el famoso “Míralx anda de muy mal humor, seguro no ha tenido sexo”
Bueno, hay una explicación científica detrás de esa frase.
Las endorfinas, las sustancias químicas que nos hacen sentirnos mejor, incrementan de forma notable con el sexo ¡y disminuyen cuando no lo tenemos!
Por eso cuando nos sentimos con ganas de comernos al mundo es porque hay un subidón sexual. Haz la prueba: ¡un buen orgasmo siempre sube la moral!
La fragancia invisible
Según algunos estudios, dejarse llevar por nuestros instintos nos hacen más atractivxs. Como si usáramos el perfume más rico del mundo, nuestro cuerpo desprende unas sustancias llamadas feromonas.
Liberan un olor imperceptible que atrae a una posible «pareja compatible» de forma subconsciente. ¡No olvidemos que a nivel químico no dejamos de ser animales!
Tener sexo regularmente puede liberar aún más estas moléculas. Es como si nuestro cuerpo lanzará un mensaje diciendo: “Estoy sanísimx y me gusta el sexo, ¡aquí te espero!”.
Y es que cuando te dicen “Tienes un buen de pegue” no solo es por el relax que te proporciona al acto en sí, sino por este sutil coctel oloroso.
Pene, penita, pene
Una mala noticia para las personas con pene: cuando dejan de disfrutar del sexo tienen más probabilidades de sufrir disfunción eréctil. Aunque no sea un músculo, el pene requiere cierta actividad. ¡Le gusta el ejercicio! Es un cuerpo cavernoso que se llena de sangre, y dejar de “entrenarlo” regularmente afecta de forma negativa.
No solo de gym vive la salud…
Las personas con vulva, por otro lado, cuando pasan bastante tiempo sin disfrutar del sexo pierden algo de tonicidad en el suelo pélvico. Con el tiempo, dicha pérdida podría afectar el control sobre la vejiga. ¡Aquí puedes encontrar un buen remedio!
Seguro que has experimentado ese momento de felicidad máxima justo después de haber alcanzado un buen orgasmo, casi equivalente a una sobredosis de chocolate. Tu yo interno lo interpreta del mismo modo. El cuerpo disminuye las defensas cuando hay falta de sexo e incrementa su sistema inmunitario cuando lo disfruta regularmente.
¿Te imaginas una mejor forma de subir tus defensas?
Y si sientes algún tipo de molestia, piensa que las mismas endorfinas que generan felicidad también bloquean los centros del dolor. El orgasmo es una gran alternativa al ibuprofeno ¡y sin visita a la farmacia!
Según un estudio de la Universidad Estatal de Nueva Jersey, la práctica habitual de sexo (aún alcanzar el orgasmo) ayuda a combatir el dolor de espalda, las molestias menstruales, la artritis ¡e incluso la osteoporosis!
Más efectivo que una canción de cuna
La cama sirve fundamentalmente para una cosa, dormir; aunque también es útil para tener sexo. Y lo uno está muy relacionado con lo otro. ¿Sufres de insomnio? ¡Podría ser otro daño colateral por falta de diversión!
Tras una buena dosis de sexo se libera prolactina, una hormona que ayuda a descansar mejor. Es habitual dormirse tras un buen orgasmo… por razones químicas. Y si además de sexo has sentido “amor”, se dispara otra hormona que aún te inducirá más al sueño: se llama oxitocina y se genera cuando existen fuertes lazos afectivos. Prolactina + oxitocina = felices sueños.
Moraleja: ¡no te ofendas si tu pareja se queda dormidx tras pasarla maravillosamente contigo! Tómalo como un cumplido.
Se nos cae un mito…
Hay muchas dietas para adelgazar, y una de las más famosas es la de practicar mucho sexo. Es una pena que no sea real… salvo que seamos auténticxs atletas sexuales. Las teorías de las “nosecuantascien” calorías por coito son poco creíbles y se basan en la idea de que una relación sexual dura entre media hora y una hora. Honestamente, ¡eso no pasa ni en las películas!
La realidad es muy diferente: la media del sexo en pareja ronda los 7 minutos (15 minutos a lo máximo…). Si no nos crees, pon un día un cronómetro. Con la “dieta sexual” quemarás poco más de 20 calorías por sesión, traducido a comida… habrás quemado cuatro aceitunas.
Tu superior te lo agradecerá. Sí, en serio.
Aunque tener sexo consuma pocas calorías (por lo que hemos visto, jamás podrá compararse con una buena sesión de aeróbic), te hará subir el rendimiento en el trabajo.
Un estudio de la Universidad Estatal de Oregón mostró que lxs empleadxs con una vida sexual feliz y activa disfrutaban mucho más de su empleo. Además, ofrecían un mejor rendimiento y sobrellevaban el estrés bastante mejor que sus colegas con menor actividad sexual.
Ya sabes, la próxima vez pide un aumento de sueldo y, de paso, unas vacaciones sexuales. ¡Hay motivos para ello!
En resumen…
Disfrutar de una buena sesión de sexo (¡en soledad o en compañía!), siempre tiene ventajas añadidas. Te hará dormir mejor, estarás más sanx, sentirte de mejor humor y relajarte. Y, por si fuera poco, te dará una buena dosis de confianza y seguridad que se traducirá en un mejor desempeño de tu profesión.
Lo que nos lleva a una conclusión: quizá deberíamos dedicarle un tiempo extra al placer para estar con todo en las otras horas del día. Así que, ya sabes, ¡manos a la obra!