Bendito momento en el que a alguien se le ocurrió preguntar en una sala llena de gente: “¿Habéis probado el sexo anal?”. Y un silencio incomodísimo inundó la habitación. Y es que de este modo se suele contestar a la pregunta sobre si alguien ha probado el sexo anal: con un largo, denso y tenso silencio.

Tema tabú para mucha gente. Incluso hoy en día se sigue relacionando esta práctica únicamente al mundo gay. Y no. El sexo anal no solo es una práctica para todo el mundo sin importar su orientación sexual, sino que - si se hace en condiciones - también es una experiencia indolora, muy íntima y, sobre todo, muy placentera.

 

En serio: muy muy placentero 🤤

 

Empecemos con un dato para romper un poco el hielo: el sexo anal se practicaba de manera común en la Antigua Roma, y en la Antigua Grecia (por supuesto, lo de "griego" tenía que venir de alguna parte). No solo entre hombres homosexuales, sino también entre parejas heterosexuales. El sexo anal no estaba relacionado con la orientación sexual, sino con el estatus.

Ahora bien, hoy en día existen millones de métodos y juguetitos especialmente diseñados para hacer del sexo anal una experiencia divertida, segura y placentera. Así que si siempre has sentido curiosidad por esta práctica sexual, que es la tercera más extendida en el mundo, o si solo lo probaste una vez y le quieres dar otra oportunidad al sexo anal, es muy importante que tengas en cuenta los siguientes puntos:

 

1. Conócete a ti mism@

Antes de lanzarte a la aventura en pareja, es muy importante un poquito de auto-exploración. ¿Cómo? La próxima vez que te masturbes, ve un paso más allá y aventúrate a estimular tu culito: puedes utilizar directamente tus dedos y acariciar las miles de terminaciones nerviosas que hay en el ano o probar juguetes diseñados especialmente para aumentar el placer en esta zona, como por ejemplo el kit de plugs anales Do, Re, MiEs crucial que te encuentres a gusto con esta práctica antes de lanzarte a la piscina.

 

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2. Acepta al lubricante como tu nuevo mejor amigo

El ano no se lubrica de forma natural, así que un poquito de ayuda externa es muy necesaria. Tanto si vas a jugar a solas como si vas a hacerlo en pareja, el lubricante es imprescindible. Lo mejor es que te hagas con un buen lubricante a base de silicona, ya que es un producto más duradero y más denso. ¡Pero ojo! Nunca lo utilices con juguetes de silicona, ya que podría dañarlos. También podrías probar con un buen lubricante anal a base de agua. Es el lubricante más delicado y respetuoso con los genitales, pero serán necesarias varias aplicaciones ya que suele evaporarse y absorberse más rápidamente.

 

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3. ¡Que no pare la fiesta! 

Sí, no es la primera vez que hablamos de alargar los arrumacos, las caricias y los besos. Será por algo. Los juegos previos son el preámbulo básico de cualquier relación sexual satisfactoria. Estamos de acuerdo en que, a veces, entran arrebatos de pasión irrefrenable y sucumbimos ante el fogoso y, qué narices, superplacentero quickie o, como se dice en España, uno rapidín. Pero con el anal no se puede hacer, hay que tomarse su tiempo. Las caricias en círculos alrededor del ano y los besos en la zona perineal relajarán muchísimo los músculos rectales. Y a ti, por supuesto. 💁

 

  

Céntrate únicamente en disfrutar 🤤

 

4. Practica sexo seguro

Sí, muy guay, no puede haber embarazos en el sexo anal. Yuju 🎉 Pero esto no se aplica a las infecciones de transmisión sexual. La mucosa rectal es un ecosistema ideal para bacterias; y la gran cantidad de terminaciones sanguíneas que hay en el ano pueden facilitar la transmisión de infecciones si se prescinde del método de protección adecuado. Aunque tengas pareja estable y estéis sanísim@s, es recomendable que siempre lo hagáis con preservativo.

Aunque no lo creas, es muy importante usar preservativo en el sexo anal VER MÁS ❯ 

 

5. No tengas prisa

El sexo anal requiere una entrada tranquila. Es muy importante que estés muy relajad@ y que utilices una postura que te permita estar en total control de la situación. Nuestra sugerencia es que empieces haciendo la cucharita, ya que favorecerá la relajación de los músculos de la zona y permitirá que, con tus manos, controles la profundidad y la rapidez con la que penetráis. 

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6. No te preocupes

Un miedo o preocupación muy común que tiene la gente a la hora de probar el sexo anal son las fugas. Es cierto que, cuando empiezas a practicarlo, tienes la sensación de que algo se pueda escapar. Tranquis, no es lo común, en la mayoría de los casos se trata solo de una sensación que desaparece al cabo de unos minutos. Pero sí, también es posible que haya alguna pequeña fuga. ¿La buena noticia? Es totalmente natural y ¡hay una forma de evitarlo! Con la ducha anal puedes hacer una lavativa de la zona para asegurarte de que no habrán ninguna fuga inesperada y así solo tendrás que centrarte en disfrutar.

Ducha anal Splash de Platanomelón

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7. ¡Disfruta!

Es el último punto; pero ni de lejos es el menos importante. El sexo anal es una práctica muy excitante que te hará sentir supersexy. Existen muchísimas posturas que te harán disfrutar enormemente del coito anal y verás cómo, bien hecho, ¡es superplacentero e indoloro!

Recuerda: intenta siempre acompañar la práctica anal con un lubricante para que sea más placentero y seguro.

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Ahora amarra a tus tabúes en una silla en frente de ti, ¡y que te vean disfrutar! Así la próxima vez que salga el tema en una conversación con colegas, habrá alguien que diga un alto y claro “Pues a mí, me encanta”. Y si no, ya lo decimos nosotr@s.