Trucos para prevenir infecciones urinarias antes y después de una relación sexual
“Al principio empieza como una...
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Trucos para prevenir infecciones urinarias antes y después de una relación sexual
“Al principio empieza como una pequeña molestia al final del conducto urinario, poco a poco el dolor va incrementando y sube por ese mismo conducto, y notas como tira desde la vulva hasta casi el ombligo. Lo que sientes es: molestias al ir a orinar, tienes todo el rato ganas de hacer pipí y, cuando lo haces, sientes como que no acabas de vaciar del todo. Imagina cuando haces pis y en el momento de cerrar el conducto es cuando notas que te tira para arriba y tienes un fuerte dolor y sensación de quemazón. Esto te pone de mala leche y hace que estés frustrada, incómoda, flojilla y sientas una gran sensación de impotencia”. Estas palabras vienen del testimonio de alguien que está viviendo una cistitis, ¿sabías que una gran mayoría de personas con vulva sufre esta infección?
Según un estudio de la Asociación Americana de Urología, el 60% de las mujeres sufrirá este tipo de molestias alguna vez en su vida. Después de las infecciones de las vías respiratorias, las cistitis son las que se atienden con más frecuencia en atención primaria. A pesar de ser una infección que afecta a tanta gente, aún no hay ningún estudio concluyente que explique por qué afecta más a unas personas que a otras, y tampoco hay ninguna conclusión sobre cómo prevenir estas infecciones o cómo tratarlas con eficacia. Para intentar apaciguar un poco esa sensación de frustración que aparece cuando tenemos este tipo de infecciones, vamos a explicarte de manera esquemática su origen y algún truco para prevenirla, especialmente pequeñas cosas que puedes hacer antes y después de cualquier acto sexual.
Cistitis: ¿Qué es?
“Itis” es una terminación médica que hace referencia a la inflamación de un órgano. En el caso de la cistitis se refiere a la inflamación de la vejiga urinaria. Este tipo de infecciones son más comunes en personas con vulva porque tienen la uretra corta y cerca del ano, lo que facilita el ingreso de bacterias a las vías urinarias.
Síntomas
Dolor o ardor al orinar.
Orinar con frecuencia.
Sentir la necesidad de orinar a pesar de que la vejiga está vacía.
Sangre en la orina.
Presión o retorcijones en la ingle o la parte inferior del abdomen.
Orina turbia que puede tener olor fuerte.
Sensación de presión o calambre en la parte inferior del abdomen. Esta sensación puede ocasionar dolor reflejo en la zona lumbar.
Causas
Hemos escuchado muchos bulos sobre la cistitis, como que es una enfermedad de transmisión sexual o que se coge en los baños públicos, en la piscina o en el mar. En realidad esta infección está provocada por una bacteria que habita dentro del cuerpo humano y que puede tener varios orígenes: cambios hormonales y/o anatómicos (menopausia, embarazo), reacciones a medicamentos, contacto con elementos o materiales no hipoalergénicos (desodorantes íntimos, sales de baños, preservativos).
Sin embargo, hay dos causas que son las más comunes:
Alteración de la flora vaginal:
La vagina tiene un pH natural de 3,8 a 4,5. Está poblada de pequeñas bacterias llamadas lactobacilos, que ayudan a mantener un pH ácido saludable. Esta flora vaginal bloquea la entrada de microbios y otros microorganismos patógenos y ayuda a su eliminación mediante la producción de sustancias antimicrobianas. Cuando la vagina está sana, mantiene ese equilibrio, pero cuando este ecosistema se desestabiliza puede haber, por ejemplo, un crecimiento excesivo de cándida, lo que lleva a infecciones por hongos.
Bacterias:
La bacteria más frecuente es la E. coli, pero hay muchas otras bacterias que viven en el tubo digestivo y que cuando se trasladan a la vejiga provocan cistitis. Esto ocurre principalmente durante nuestras relaciones sexuales, ya que la anatomía de nuestro suelo pélvico lo facilita: la zona anal, vaginal y uretral están en la misma área. Además, el coito y el masaje uretral en una uretra corta (3-4 cm) hacen que las bacterias entren con más facilidad a la vejiga de personas con vulva que a la de personas con pene, que tienen una uretra de aproximadamente 20 cm.
Cualquier acto sexual puede provocar una cistitis postcoital, pero no te preocupes porque se puede prevenir siguiendo algunos tips de higiene básica:
Lávate las manos:
Es una regla básica de higiene que lo puede cambiar todo. Con nuestras manos tocamos muchas cosas y están en constante contacto con bacterias y agentes que pueden provocar un desequilibrio de la flora vaginal. Lávate las manos antes de cualquier tocamiento y, si vas a utilizar un juguete, no te olvides de mantenerlo limpio. Si crees que este tip puede cortarte el rollo, lávate las manos como en la famosa escena de Ghost, el juego perfecto para empezar a ponerse a tono.
Haz pis antes y después:
Puede que no sea la cosa más sexy, pero es un cistitis saver y es el mejor consejo que te podemos dar para prevenir esta infección. Hazlo tanto antes como después de un buen polvo. Tener la vejiga vacía antes, significa que no hay orina para que cualquier bacteria la infecte. Además, hará que no tengas que aguantarte durante el acto sexual y, quién sabe... incluso que puedas disfrutar de una buena sesión de squirting, si se presenta. Aguantar el pis es incómodo, pero además es una mala práctica porque las bacterias y residuos que hay en la orina son sustancias ácidas diseñadas para ser evacuadas lo antes posible. En el caso del postsexo, te recomendamos que vayas a hacer pis lo antes posible. Primero, porque el cuerpo lo pide y segundo, porque el paso de la orina por la uretra actúa como un limpiador e impide el desarrollo de bacterias.
Utiliza lubricantes naturales:
El uso de lubricante en todo acto sexual es siempre recomendable para evitar la aparición de problemas debidos a la sequedad de la vagina. Sin embargo, es importante mirar de qué están compuestos y fijarse en que sus componentes sean lo más naturales posibles. Te recomendamos priorizar los lubricantes a base de agua o de silicona.
Lávate SOLO con agua:
La flora vaginal es una maravilla que ha creado el cuerpo humano para protegernos de infecciones, y por eso hay que intentar no alterar ese ecosistema que se autolimpia. Para la limpieza de tu vagina basta con agua, si utilizas jabón que sea siempre de pH neutro, y olvídate de las duchas vaginales, no hay nada peor para destruir esa flora. No quieras provocar un tsunami dentro de tu vagina, se merece un clima estable, calma y tranquilidad.
Cuidado con la estimulación anal:
Si disfrutamos de la estimulación anal (con dedos, juguetes o pene) y luego pasamos a la vulva, pasaremos las bacterias de un lado al otro, algo que no gusta a nuestra vagina. Intenta limpiar siempre el elemento antes de volver a introducirlo en la vagina o utiliza un preservativo para la estimulación anal y cámbialo cuando vuelvas a la vagina. Esto te permite una doble protección: contra bacterias y contra ITS. Si la pasión te lo impide, una pequeña recomendación: deja la estimulación del ano para el final, porque es la manera más fácil de evitar una buena cistitis. Recuerda: el recorrido vagina-ano es inofensivo, pero el de ano-vagina puede causarte muchos problemas, ¡muchos!
Ahora que ya tienes consejos relacionados con el acto sexual, te dejamos unos tips para tu vida cotidiana:
Después de ir al baño, límpiate siempre de delante hacia atrás y nunca al revés.
Usa ropa interior de algodón, o al menos que tenga este material en la parte que está en contacto con la vulva. Así conseguirás mantener en equilibrio su pH, que respire, y por lo tanto reducirás el riesgo de infecciones y evitarás que afloren olores desagradables. El algodón también puede ser muy sexy.
Es importante que tu vulva y vagina respiren, por eso, prioriza ropa ancha y de algodón. Sigue el ejemplo de Marilyn Monroe, “duerme solo con Chanel Nº 5”, es decir, sin ropa o con camisón o camiseta para dejar respirar al máximo la zona de tu entrepierna.
Limpia bien la copa menstrual.
Bebe mucha agua, para evacuar cualquier mal bicho.
Antibióticos, espermicidas y algunos anticonceptivos también pueden debilitar el pH de tus genitales.
Como de costumbre, te recordamos que estas recomendaciones son genéricas y en ningún caso pretenden sustituir sustituir el consejo de profesionales sanitarixs. Cuando sientas molestias, consulta con tu centro médico lo antes posible, no esperes demasiado para que no se convierta en una infección más grave.
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La vagina es asombrosa y maravillosa, tiene su propio y diminuto ecosistema, capaz de equilibrarse y organizarse en su propia complejidad. Se la compara muchas veces con un horno autolimpiante porque literalmente se limpia sola, sin necesidad de ayuda externa. Por favor, cuídala, mímala y protégela al máximo aplicando estos consejos a tu higiene diaria y sexual.
Los adoras. Son agradables, bonitos… Te gusta cómo te hacen sentir y te falta tiempo para usarlos. Y no, no nos re...
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Los adoras. Son agradables, bonitos… Te gusta cómo te hacen sentir y te falta tiempo para usarlos. Y no, no nos referimos a los juguetes convencionales (al menos no a los típicos), sino a tus juguetitos de placer.
Bueno, estos juguetes también tienen poderes... 😉
Aunque te queden como un guante, no lo son; hay que cuidarlos de forma distinta. Ya seas de esas personas que les dan un uso esporádico o de las expertas, seguro que agradeces estos consejos para seguir pasándola bien el máximo tiempo posible.
Solo tendrás que seguir unas simples pautas y conseguirás que tus juguetitos vivan “para siempre” (“para siempre” = su vida útil) 😊
Por qué cuidar tus juguetes: “Hay un amigo en mí”
¿Sabías que en un teclado de computadora, un cajero automático o un control remoto hay bastantes más microorganismos que en un juguete erótico? ¡En uno que se cuide, claro!
¡Espacio libre de gérmenes!
Pero esto no significa que no debamos poner precauciones: La regla de oro es: “Si vas a jugar, primero has de lavar”. Usa un producto específico o agua y jabón neutro. Y recuerda: ¡cada uno a lo suyo! Si un juguete se usa específicamente, por ejemplo, en el ano; es mejor no usarlo en otras partes del cuerpo. Siempre cabe la posibilidad de usar un preservativo (una buena solución, también, para compartir el placer de tu juguete con otra persona).
Las bacterias de cada zona son únicas, si las cambias de lugar se llevan bastante mal con las vecinas…
¡Y no queremos llevarnos mal con nuestros vecinos!
Aunque la suciedad que se acumula en tu compi que vibra es menor de lo que podrías pensar, los juguetes sexuales tienen dos características por las que debemos escuchar esa vocecita diciendo: “¡Cuídame! ¡Cuídame!”.
La primera: se usan en zonas erógenas, algunas de ellas muy sensibles.
La segunda: a veces queremos sacarles todo su potencial y los compartimos con nuestrx compi de juegos.
Juntos, pero no revueltos.
Si sumamos uno más uno el resultado es: ¡cuidado con los “amigos” invisibles! No nos gustaría complicarnos la vida con una infección, ¿para qué? Y es que todo se puede solucionar con algunos consejos.
Cuidados básicos
Todo el mundo ha visto esos anuncios de desinfectantes que anuncian algo similar a “Destruye el 99.9% de la vida sobre la Tierra”. Con tanta infección vírica y sobreinformación, ya nos da miedo hasta tocar una mesa. Te recomendamos no entrar en modo paranoia.
No te compliques; no vas a necesitar un laboratorio químico. Con poca cosa vas a lograr mucho.
El agua con jabón neutro no solo deja las manos resplandecientes, también arrastra a casi todo bicho viviente y puede ser un gran aliado a la hora de limpiar tus juguetes. También, puedes utilizar un producto específico, un toy cleaner.
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Pero, vayamos por partes… ¿Qué es lo mejor para cada juguete?
¡Mi juguete es totalmente resistente al agua!
¡Felicidades! Su limpieza es bastante fácil. Antes de nada, lo mejor es limpiarlo lo antes posible para eliminar los fluidos una vez usado, aunque sea de forma superficial con un paño o unas toallitas húmedas. Piensa que se quitarán mucho peor cuando estén secos.
Después de venirte, ¡ve a limpiarlo todo!
Cuando tengas la oportunidad (no es una cuestión de vida o muerte… Tampoco interrumpas una buena sesión de sexo o tu descanso para hacer la tarea) usa agua, jabón neutro y un cepillo suave para poder llegar a los pequeños surcos, si es que los tiene.
Ten especial cuidado si tu juguete cuenta con una superficie muy suave para no dañar la textura en un arranque de limpieza salvaje.
Palabra de Dory 🤚
Una vez termines la limpieza, llega algo tan importante como la desinfección misma: ¡que quede bien seco! Las bacterias son muy amigas de la humedad. Dejar al aire libre nuestros juguetes durante algunos minutos es un método casi infalible. Los rayos ultravioleta naturales funcionan muy, muy bien. ¡Con precaución, claro! Y sin que lleguen a tener una exposición directa o continua (no queremos que se derrita…).
Mi juguete no resiste el agua…
Resistente a salpicaduras no es lo mismo que sumergible. Si tu juguete funciona con electricidad y no soporta las inmersiones, no “lo ahogues”. Juntar circuitos con agua te puede dejar sin diversión.
¡Electricidad + agua no es un buena combinación!
Además, ten en cuenta que si usa baterías recargables, es mejor quitarlas cuando dejes de usarlo. Con el tiempo las baterías se degradan y el ácido resultante es malo para tu juguete (y tampoco es que sea mejor para tu piel).
Opta por una limpieza superficial, pero persistente. Utiliza un limpiador específico para juguetes, que puedas llevar contigo a cualquier lado y que en poco tiempo elimine cualquier bacteria… ¡Nosotrxs lo tenemos! 😉
Cuidados especiales
¡De acuerdo! Tienes juguetes como plugs (con y sin bala), vibradores o cadenas anales o dildos con ventosa.
Si tu plug tiene bala vibradora, como Tango, retira la bala una vez lo hayas usado (se quita a presión) y limpia el plug con agua y jabón neutro o con un limpiador desinfectante. Para limpiar la bala, como casi no tiene contacto con el resto del cuerpo, basta con pasar un paño con cuidado de no mojar la parte donde van las pilas.
Si tu juguete no tiene elementos con circuitos eléctricos... ¡al agua patos!
Y si no tiene bala vibradora, sumerge sin ningún miedo el plug y lávalo con agua y jabón neutro o usa un limpiador específico.
Lubricantes
A ti te puede parecer casi lo mismo, pero para algunos juguetes ciertos lubricantes serán como ácido sulfúrico. Por regla general, cualquier cosa de látex (incluidos los preservativos de látex) “muere” cuando se usa con lubricantes que no sean a base de agua. ¡El aceite se lo come, literalmente!
Comprueba con qué lubricantes tiene luz verde cada juguete.
Las cremas para el cuerpo no son específicas para los juguetes ni para determinadas partes del cuerpo. Muchas veces la base de su composición química es el petróleo. Los experimentos en este terreno no son aconsejables… Lo mismo ocurre con los espermicidas, ¡mucho ojo! Algunos causan irritación y otros son directamente incompatibles con el material de tus juguetes.
Ya sabes... vale más prevenir que curar.
Los juguetes de silicona, por otro lado, suelen ser incompatibles con los lubricantes a base de silicona. En general, estos lubricantes son buenos para usar sin juguetes de por medio. Son ideales para poder jugar con tu pareja bajo el agua o cuando se necesita que la lubricación sea más duradera, como en el sexo anal 😉
Nuestro lubricante con base de agua favorito 😉 VER MÁS ❯
El asunto de los lubricantes es todo un mundo. Si quieres saber más, mira aquí nuestra guía completa.
Almacenamiento
Insistimos: la humedad es mala malísima para cualquier juguete sexual. Si dejas tus juguetes en un sitio hermético, y queda un poco de humedad; será un ecosistema excelente para “cultivar” algo nada deseable.
En general, las bolsas de plástico o los materiales que no sean transpirables suelen estar desaconsejados. Una bolsita de terciopelo o cualquier otro tejido limpio y coqueto (¿por qué no?) puede servirte para este propósito. Mira estas bolsas de satén, seguro que te gustan 😉
Siempre cuki, nunca incuki 😍 VER MÁS ❯
Por último, al igual que no guardarías un molde flexible de cupcakes en el cajón de los cuchillos, debes tener en cuenta el tipo de material de cada juguete para que no se dañen entre ellos al almacenarlos. Vidrio con metal, mal. Metal con látex, mal. Cuero con látex, mal…
Otros materiales
El cuero, el “de verdad”, tiene sus propios cuidados. Hay que limpiarlo antes de que los fluidos se sequen, después te resultará casi imposible. Además, piensa que es mejor no compartirlo, ya que es más difícil eliminar la suciedad.
Los fluidos nos encantan, ¡pero que no vivan para siempre en tus juguetes!
¡Ojo! Hay que distinguirlo de la polipiel. El cuero sintético requiere menos cuidados y se limpia más fácilmente… pero también se degrada antes.
¿Cómo se limpia? Primero con un paño húmedo con un poco de jabón neutro y, cuando el cuero esté bien seco, con un producto específico para este material.
Una vez limpio, la luz solar será tu mejor aliada. Sin embargo, es importante que no te excedas, ya que mucho tiempo con luz solar directa puede tener el efecto contrario al que deseas (¡incluso dañar tu juguete o accesorio de forma irreversible!).
Importante ⚠️ no dejarlos in eternum al sol... o podría pasar esto.
Y, por último, ¿tienes un juguete de madera? Bien: hay muy poca diferencia entre el cuidado de los juguetes de cuero y los de madera. Aunque, por lógica, ten en cuenta que no es bueno sumergir objetos de madera en el agua, salvo que sean lanchas…
Y si quieres compartirlos…
Por último, pero no menos importante, si deseas compartir tus juguetes con tu compi de juegos, te recomendamos usar un condón (que sea compatible, por la forma y el tipo de lubricante de base), y así podrán disfrutar aún más.
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¿Has visto? Cuidar de “lo que más quieres” 😉 es más sencillo de lo que parece. Sigue nuestros consejos de mantenimiento y limpieza, evita contratiempos, comparte con cuidado y… ¡prepárate para tu próxima aventura!