¿Te gustan las comidas picantes? ¿El café bien cargado? Todxs disfrutamos de pequeños gustos algo “dolorosos”. El BDSM forma parte de esos placeres que te adentran en nuevos terrenos de la sexualidad. 

Eso, Antastasia. Agárrate porque lo que viene te va a encantar... 😎

Y no es algo de ayer. El marqués de Sade ya hablaba de ciertas prácticas de sumisión y castigo hace cien años, aunque el BDSM (Bondage, Disciplina, Dominación, Sumisión, Sadismo y Masoquismo) empezó a ser conocido recientemente gracias a novelas como la trilogía de Cincuenta Sombras de Grey.

¡Sht! ¡Que me quedan 20 páginas para acabar el tercero! 

Aunque las novelas de E.L. James han sido y son un éxito mundial, reflejan un mundo que poco (o nada) tiene que ver con el BDSM real. Para empezar, el acuerdo que se establece entre una persona dominante y otra sumisa es totalmente tácito. Ambas partes saben perfectamente qué es lo que se van a encontrar. Podríamos decir que hasta las “sorpresas” están pactadas.

O sea, nada que ver con Anastasia. La sumisión no incluye tirar tu vida por la borda o convertirte en unx profesional de la psicología a cambio de viajes en helicóptero o regalos caros. Las personas que practican BDSM saben muy bien qué es lo que quieren y qué no.

Esto es saber lo que quieres: "Amor, porfa, pídeme una hamburguesa con doble de queso🤤"

Lo que debes saber si decides iniciarte en el BDSM: cualquier cosa que pase en la intimidad de personas adultas, sin causar daño a nadie, realizada con el maravilloso objetivo de pasarla bien y por acuerdo mutuo es válida.

 

Que nos guste disfrazarnos, actuar o disfrutar de diferentes grados de dolor no significa que vivamos el día a día de igual forma. Sería como pensar que toda la gente que juega a videojuegos violentos es violenta en la vida real.

Distingamos la fantasía de la realidad y dejemos a cada cual que viva su sexualidad como mejor le plazca 😊 

Lo casi opuesto al BDSM: el “sexo vainilla”

Aunque ya existía desde antes, se popularizó por Cincuenta Sombras de Grey, donde se hacía referencia a un tipo de sexo muy común, el “sexo vainilla”. Se dice que se le llama así porque es como entrar en una tienda de helados y quedarte con el único sabor conocido. ¿Es esto malo? ¡No! Hay personas a las que les encanta un tipo de helado y no se cansan de comerlo, al igual que hay otras que necesitan probar un poco de todo.

El “sexo vainilla” es tan válido como deleitarse con nuevos sabores… En el BDSM habrá muchos helados, pero hay gente a la que quizá ciertos sabores les resulten demasiado exóticos.

Para gustos… ¡helados! 

Tranquila, vainilla, nunca vamos a dejar de comerte 😉

¡Al grano! BDSM… ¿qué es cada letra?

Bondage. Es todo un arte en sí mismo. Se trata de usar cuerdas u otros objetos, como esposas, para inmovilizar a otra persona. ¡Hay que conocer muy bien los materiales que se usan y ser especialista en nudos!

Disciplina. Se puede adquirir el rol de “Dominación” o el de “Sumisión”. Se basa en un conjunto de juegos (remarcamos la palabra: JUEGOS) en los que se disfruta dentro de un papel en el que nos dejamos dominar o imponemos nuestras normas. Ya seamos de la parte dominante o de la sumisa, SIEMPRE hay algún tipo de consentimiento expreso.

Sadismo. Un término que viene del siglo XIX, por el marqués de Sade. Este escribió una serie de libros que aún hoy están prohibidos en varios países. En el sadismo se disfruta causando “dolor” (físico o emocional) a otras personas.

Masoquismo. Se trata de disfrutar con el dolor o la humillación a la que se nos somete.

Bendito seas, diccionario, por sacarnos de la duda. 🙏 

 

En definitiva: hay cosas que suenan regular, pero según cómo se hagan… ¡se sienten bien! Aunque se puede jugar con una sola letra del BDSM, es muy común hacerlo uniendo todas ellas.

 

BDSM, lo que no es. La gente “demasiado Grey”

Como en todo, si pruebas esta práctica y notas que te hace sentir mal o incómodx, olvídate de la experiencia. ¡No pasa nada! No tiene por qué gustarte todo.

Recuerda: el límite siempre es consensuado, y si no hay disfrute, no hay juego, ¿verdad? ¡Que no te inventen cuentos! La dominación no es sinónimo de posesión.

"Te quiero hacer míx" NO es lo mismo que "Eres míx".

 

¡Juguemos!

La base del BDSM

¡Vamos a empezar a jugar! Y no, los elementos principales no son látigos, cuero ni cuerdas (aunque todo lo anterior se pueda usar). La base real es la COMUNICACIÓN. Si en una relación “vainilla” ya es necesaria, imagina cuánta complicidad hace falta para rebasar ciertos límites. La comunicación debe ser bidireccional y absoluta, llevando a un nuevo terreno la empatía.

¡ATENCIÓN, ATENCIÓN! Les avisamos que sin comunicación no hay placer ⚠️

 

Lo ideal es jugar a este tipo de sexo dentro de las siglas SSC (Safe, Sane and Consensual - Seguro, Sensato y Consensuado) 😉 

Roles

Básicamente hay tres: uno sería el papel dominante, otro sería el sumiso y al tercero se le conoce como switch (puede alternar ambos roles).

Aunque parezca raro decirlo en un marco de juegos en el que existe la dominación, el límite siempre debe estar pactado. Quizá se nos antoje atar o que nos aten… O jugar cada vez un rol distinto. El lenguaje también puede cambiar dependiendo del rol ¡o no! Lo importante es experimentar para encontrar dónde nos sentimos más a gusto.

 

El sexo no es una ciencia exacta, es un prueba-error constante... Y nos encanta probar😏

En este artículo hablamos de un modo de iniciación al que las personas con experiencia llaman kink (no es un intercambio de poder total ni es demasiado duro). ¡El mundo del BDSM “avanzado” es mucho más complejo!

 

La famosa palabra de seguridad

Para no cortar la inspiración, siempre es obligatorio incluir una palabra de seguridad que equivale a “Esto ya no me gusta” o “No se me antoja hacerlo así”.

Pronunciar la palabra implica que el juego se para y se respeta la decisión tomada. ¿Ves a qué nos referíamos con la comunicación total? En el BDSM, como en el resto de la sexualidad, no debe haber shay margen para los errores.

Como la palabra no siempre se puede pronunciar, ya que dentro del juego puede que se lleve una mordaza, tampoco está de más incluir algún pequeño gesto corporal que indique claramente “¡Hasta aquí!”.

Si digo "fresa" entiende "frena", ¿de acuerdo?

 

Yo soy quien escojo ser…

Empieza conociendo bien a tu pareja (o tus compis) de juegos.

Antes de iniciarte en el BDSM es necesaria una entrevista… ¡Ya, dicho así suena muy frío! Pero se trata de hablar para pasarla muy bien. Intenta imaginar lo agradable que puede resultar platicar sobre fantasías y límites, alcanzando un grado de excitación que apenas puedan controlar. 

Es fundamental que esté pactado todo en un contrato (sí, sí… un contrato, como suena). El objetivo es establecer una relación sana y consensuada, puesto que los límites pueden ser flexibles y generar situaciones desagradables. ¡Y no queremos eso! 

Todo pactado o si no... ¡que ni sueñe!

Hablando surgirán tus deseos más íntimos, empezará a crearse el argumento necesario para que las fantasías se hagan realidad… Recuerda consensuar qué les gustaría experimentar y qué no desean en absoluto. ¿El límite? Solo ustedes lo saben 😉

¿Por dónde empezamos?

Una buena forma de comenzar es echar un vistazo a los accesorios (déjanos echarte una mano): correas, látigos, muñequeras, grilletes, lencería, arneses, máscaras… Solo contemplar aquello que te hará pasar horas de placer ya pondrá en marcha la imaginación. Si tanto tú como tu pareja se están iniciando, puede ser un buen momento para hacer una lista y planificar cuánto desean experimentar.

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¡En el BDSM los complementos son una parte casi indispensable!

 

El lugar

Aunque nos pueda servir casi cualquier lugar, lo ideal es dedicar un espacio exclusivamente a sus juegos. Un sitio cómodo, decorado a su gusto y, de ser posible, algo insonorizado o apartado de vecinxs.

Puede parecer una tontería, pero con las paredes modernas se escucha casi todo… No serías la primera persona que tiene que dar explicaciones a la policía por un exceso de ruido.

¡Después te reirías, pero imagina la situación!

No todos tenemos un cuarto de juegos, Grey... 

 

Primeros pasos: juguemos con los sentidos

Parte del chiste de una sesión de BDSM es la intriga, no saber a ciencia cierta qué va a ocurrir. Empieza por algo muy ligero, por ejemplo usar un cómodo antifaz para no ver qué está ocurriendo… ¿Da un poco de miedo? Esa es la gracia 😉 ¿Sabías que lo que sientes cuando ves una película de terror y el gustillo de la excitación sexual son similares? Como decíamos: ¡hay placeres “dolorosos”! 

Las sujeciones se sujetan

Pensarás que esto es una redundacia, pero es fundamental. Si vas a jugar con cuerdas o esposas, procura que se puedan atar a algo.

¿Quién ata al que ata? 🤔 VER MÁS ❯

 

Una habitación minimalista y muy zen con un tatami en el suelo te dejará pocas opciones para el bondage, salvo que lo tengas previsto. Te facilitamos la tarea con nuestro kit Sao

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¿A que no pensabas que el BDSM incluiría una sección de manualidades casero?

 

Jugar en público

A veces jugar en público puede consistir en introducir elementos como vibradores manejados a control remoto… pero también pueden incluir objetos simbólicos que solo ustedes conocen. Un collar, una pulsera… un objeto que identifique a la persona sumisa y a la persona dominante. Encontrarás un poco de todo entre los complementos y accesorios que tenemos disponibles. Arnés, brazaletes… ¡Tú eliges! 

Por si te quedas con ganas de más…

¿Quieres saber cómo sería tu primera cita? ¿Técnicas para iniciarte? ¡Te esperamos en la segunda parte de nuestro artículo sobre BDSM para principiantes!