La sexualidad es una potencialidad que incluye el erotismo. Muchas veces tenemos la falsa creencia de que las perso...
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La sexualidad es una potencialidad que incluye el erotismo. Muchas veces tenemos la falsa creencia de que las personas con alguna diversidad funcional no tienen una vida sexual plena, activa. Eso necesita desmentirse.
La inclusión se refiere a diseñar productos y servicios aptos para todas las personas, sin importar su diversidad. Te proponemos 4 posturas sexuales inclusivas ¿Por qué inclusivas? Porque las pueden practicar tanto personas con movilidad reducida (discapacidad motriz, personas adultas mayores, embarazadas y personas con férulas y yesos), como personas con limitaciones sensoriales (sentidos) ya sea con discapacidad visual o auditiva; personas que fomentan el erotismo pleno en igualdad de condiciones, contemplando sus orientaciones erótico-afectivas.
Estas posiciones pueden hacerse tanto vulva con vulva (arnés, strap y doble penetración), vulva con pene (carne con carne) y pene con pene (penetrar y ser penetrado).
LA SILLA
En LA SILLA la persona con pene se sienta sobre una silla cómoda y resistente (puede ser una silla de ruedas o un sillón con brazos que protejan la postura para personas con limitaciones motrices). La persona que será penetrada, debe sentarse encima para quedar cara a cara o ambas mirando hacia el mismo lado (invertido); esta persona lleva el movimiento levantándose y sentándose, mientras que la que penetra puede acariciar y frotar suavemente su cuerpo y —si es el caso—, el clítoris. Pueden rodearse con los brazos y ejercer más presión. En casos de disfunción eréctil, la penetración es profunda y permite que la penetrada marque los movimientos cortos y con poca estimulación para que el pene no salga de la vagina o ano y la sangre se mantenga dentro del miembro.
Un excelente aliado es el anillo vibrador o de tensión, ya que están diseñados para los penes que pueden tener una erección, pero tienen problemas para mantenerla durante la relación sexual. Es importante que tengas en cuenta que los anillos para el pene no deben usarse más de 10 minutos para personas con problemas circulatorios: la congestión de sangre demasiado larga puede causar una lesión medular, ya que el tejido se sobrecarga y puede dañarse permanentemente, lo que a su vez puede conducir a una impotencia irrevocable. NO debes tomar pastillas para la erección mientras lo utilizas. Además, recuerda que este juguete debe adaptarse bien al pene, pero sin llegar a cortar el riego sanguíneo.
MISIONERX
Aunque es la más común, MISIONERX permite una penetración profunda y cómoda para quienes quieran evitar la fatiga. La persona penetrada se tiende sobre su espalda (pueden poner almohadas para acomodar mejor el cuerpo) y la que penetra encima, apoyando codos y rodillas en la cama mientras sus piernas —ligeramente flexionadas—, reposan en la cama (podemos colocar almohadas por si no hay control sobre las piernas y puedan estar recargadas de esa manera). Esta posición facilita el contacto visual (es muy buena cuando hay una limitación en la audición pues incrementa el contacto visual y pueden leer el placer de su pareja).
Si la persona penetrada tiene vulva, pueden colocar una almohada debajo de su cadera para aumentar presión sobre el clítoris o comprimir las piernas para que estreche la vagina con la ayuda de un lazo para piel (no utilizar cualquiera ya que pueden lastimar la piel). En esta postura los movimientos deben ser suaves y profundos, sin "sacarla" demasiado. P aumentar las sensaciones y el roce, pueden hacer movimientos circulares, de fricción, para adelante y para atrás y/o en forma de ocho. La persona penetrada tiene la posibilidad de tener el cuerpo activo y fluir en el movimiento con su amante debajo. Esta postura estimula más a las personas con vulva, tanto en el clítoris, como en la próstata (glándula prostática).
ANDRÓMACA Y/O AMAZONA
En ANDRÓMACA Y/O AMAZONA la persona penetrada se coloca encima y cabalga llevando la iniciativa para intensificar los movimientos y el placer, e imponer el ritmo, con las piernas flexionadas o estiradas (lo que les sea más cómodo). La persona que va a penetrar se acuesta sobre su espalda (es recomendable para cuando la persona que va a penetrar tiene movilidad reducida). Ambas tienen las manos libres para estimular las zonas erógenas a su gusto o frotar el clítoris contra el pubis de su amante.
Esta postura es recomendada para que las personas con vulva puedan descubrir el orgasmo de manera personal sin dependaer del movimiento de su pareja, y para las personas con pene que necesitan aprender a retener su eyaculación (quienes padezcan lesión medular y adultos mayores con afectación de la erección pueden utilizar anillos para el pene para prolongar la erección, recordando que no deben usarse más de 10 min, pues puede ser contraproducente y muy riesgoso). Otra ventaja de esta postura es que los amantes no pierden contacto visual, lo cual intensifica la interacción al conectar (para personas sordas el ver siempre a su pareja puede ser muy estimulante).
CUCHARITA STYLE
En CUCHARITA STYLE mientras una persona se acuestas de lado, su pareja la abraza por detrás generando unos seductores y cachondos puntos de encuentro. Puede oler y besar su cuello, rozarle la espalda con el pecho, sentir sus nalgas en los genitales y acariciar todo el cuerpo. La persona que esté adelante puede ser penetrada (con pene o dildo según la orientación erótico-afectiva) o penetrado (para parejas gay) desde atrás. Si su movilidad es reducida, puede utilizar una almohada entre las piernas que ejercerá la presión perfecta para la estimulación del clítoris evitando que las rodillas tengan presión y logrando una posición más cómoda, (muy recomendada para embarazadas ya que no hay presión sobre la panza y para personas ciegas, ya que el sentido del tacto y el olfato se intensifican y facilitan el recorrer y explorar los puntos de placer de la pareja).
Si la persona que va a penetrar vive con alguna limitación motriz, esta posición también es recomendable ya que puede controlar mejor la fricción al mismo tiempo de disfrutar y explorar el placer de la pareja. Podrán ayudarse mutuamente en las embestidas moviendo la cadera para generar fricción entre la almohada y el punto de placer de la persona penetrada.
Si las dos personas viven con movilidad reducida, la posición es la indicada ya que al ser tan cómoda, se evitan accidentes por micción y pueden apoyarse con las manos para mover la cadera de su amante; el juego erótico puede durar más ya que no necesitan moverse tanto para sentirse, jugar y explorarse.
Es recomendable utilizar alguna bala como Neo Plus o estimulador de clítoris para complementar la diversión y, ahora si… ¡a tocar, jugar, explorar y por supuesto dejarse fluir en la vivencia erótica!
Debe recordarse que el placer es personal y que la creatividad, el ingenio y la flexibilidad son el límite para expandir el imaginario erótico de manera plena y consensuada. Estas son sólo sugerencias, pero hagan lo que hagan las parejas no deben olvidarse de usar condón, ya que es lo único que protege tanto de embarazos no deseados, como de contraer alguna ETS-ITS.
Desde el amor, Alexa Castillo Nájera Zaliv / @alexaliveandjoy
Periodista y bloggera feminista especializada en salud y bienestar. Maestra en sexualidad con perspectiva de género, enfoque de derechos y visión intersecciónal. Coach de resiliencia, erotismo y amor propio. Doctorante en sexualidad Humanista. Activista por la inclusión y el respeto de la diversidad. Cómo extra y complemento: Directora de Fundación Mandala y creadora de la plataforma @quevulvaridad
Si tu referente del BDSM es Cincuenta sombras de Grey, es hora de hacer reset
Podemos afirmar, sin miedo a equivoc...
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Si tu referente del BDSM es Cincuenta sombras de Grey, es hora de hacer reset
Podemos afirmar, sin miedo a equivocarnos, que el 2015 fue el año en el que el BDSM se volvió popular. Mientras en las discos bailábamos Uptown Funk, en las salas de cine de Estados Unidos cada siete segundos se vendía una entrada para ver Cincuenta sombras de Grey. La historia de “amor” entre Ana Steele, una universitaria en prácticas tímida e inexperta, y Christian Grey, un alto ejecutivo que quiere poseerla y dominarla sexualmente, fue vista por tres millones de personas en las salas de cine de todo el mundo y aún se sigue viendo en las plataformas de streaming.
La cuestión es que el fenómeno Grey despertó el interés de muchas personas que nunca se habían planteado probar las prácticas sexuales que engloban el BDSM. Sin embargo, tanto la trilogía como las películas, fallan estrepitosamente en representar la realidad de esta práctica y dan un mensaje muy erróneo de lo que verdaderamente es.
Antes de seguir, tenemos que dejar un par de cosas claras: primera, no todas las prácticas sexuales de BDSM tienen que ver con el dolor y segunda, el consentimiento explícito y entusiasta siempre tiene que estar presente en el sexo, da igual si es sexo kink, vainilla (como se conoce en este mundo al “sexo tradicional”) o si son las dos últimas personas en la faz de la Tierra.
¿Qué es, de verdad, el BDSM?
Los juegos BDSM son una serie de deseos sexuales y fantasías eróticas que implican un intercambio voluntario y consensuado de poder entre dos o más personas para crear tensión sexual, placer y, en ocasiones, dolor. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la experiencia emocional en el BDSM es tan importante como la física. Al final, el BDSM es experimentación con los cuerpos; pero, sobre todo, se basa en el amor, la confianza, el respeto y el placer mutuo, aunque exista la falsa creencia de que es todo lo contrario.
El BDSM es un acrónimo, y sus siglas abarcan una gran cantidad de prácticas sexuales que se fundamentan en una o varias de las subculturas siguientes:
Bondage: práctica sexual basada en la inmovilización del cuerpo de una persona a través de ataduras. Las ataduras pueden hacerse en todo el cuerpo o solo en alguna parte, y se puede utilizar cualquier tipo de material para hacerlas, aunque lo más común son cuerdas, cadenas, telas, esposas o cintas adhesivas.
Disciplina: se basa en las prácticas de “adiestramiento”, es decir, cualquier actividad en la que la persona dominante establece unas reglas de comportamiento que la persona sumisa tiene que obedecer. Si estas reglas se rompen, se infringe un castigo por no comportarse como es debido.
Dominación / sumisión: el placer viene dado del control que una de las personas involucradas ejerce sobre la otra. Este control se expresa en mandatos, prohibiciones y órdenes. Sin embargo, la dinámica de poder es una ilusión del juego, ya que, al fin y al cabo, la persona sumisa es quien tiene más control porque establece los límites. El contacto físico no es absolutamente necesario, esta práctica puede darse en el contexto de una llamada o mensajes.
Sadismo / masoquismo: práctica en la que se obtiene el placer de recibir o infligir dolor, sea físico (cera caliente, azotes) o mental (humillaciones). La persona que inflige el dolor es la sadista, y la que lo recibe es la masoquista, de ahí el nombre. No obstante, es muy común que se intercambien los roles.
El BDSM floreció en el siglo XVIII, cuando algunos burdeles europeos comenzaron a especializarse en contención, flagelación y otros castigos que las mujeres, adquiriendo el rol de dominantes, imponían a los hombres sumisos. Como curiosidad, añadir que, en 1791, el filósofo francés Marqués de Sade publicó la novela Justine, que incluía escenas eróticas de azotes, pinzas en los pezones y restricciones, bautizando así este tipo de prácticas bajo el nombre de sadismo. Lo mismo ocurrió casi un siglo después, cuando Leopold von Sacher-Masoch publicó Venus In Furs, un libro sobre la sumisión sexual masculina que dio nombre al sadomasoquismo.
Bases y roles del BDSM
A menudo, aunque no siempre, la práctica del BDSM implica un juego de rol y de poder en el que una de las personas participantes adquiere el papel de dominante, y la otra (u otras) asume el papel de sumisa. Normalmente, las personas a las que les gusta la dinámica dominación/sumisión suelen sentirse más cómodas o bien teniendo el control, o bien obedeciendo, pero también hay quienes van cambiando. Si te estás planteando iniciarte en este tipo de juegos sexuales, tienes que reflexionar sobre lo siguiente: ¿qué te gustaría más? ¿La idea de que te aten y obedecer a la otra persona? ¿O, por el contrario, ser tú quien da las órdenes?
En el BDSM es muy importante estar abiertx a nuevas experiencias y a renunciar al control. De hecho, es un espacio seguro en el que hablar de los deseos y fantasías sexuales, experimentar nuestras preferencias y nuestros límites, motivo por el cual la confianza y el respeto mutuo son fundamentales. A continuación, te especificamos mejor en qué consiste cada rol:
Rol dominante: es quien toma la responsabilidad sobre la otra persona (sumisa). Actúa de acuerdo a su voluntad y deseo.
Rol sumiso: bajo este rol, la persona queda a merced de la voluntad del rol dominante. En su papel obedece y se deja llevar, a la vez que pone los límites porque es quien indica la intensidad, forma y nivel del juego (puesto que siempre se trata de una sumisión voluntaria y consensuada).
Switch: persona que disfruta desarrollando ambos roles.
La comunicación es esencial
Contrariamente a lo que mucha gente puede pensar, las parejas o grupos sexuales que practican BDSM se cuidan muchísimo (tengan el papel dominante o sumiso), ya que el confort y la seguridad de todas las personas implicadas son una prioridad. De hecho, en el BDSM se habla de las siglas SSC, en referencia a unas prácticas seguras, sensatas y consentidas. Por este motivo, hay un protocolo a seguir una vez decidido quién interpretará cada rol, que consiste en escoger un nombre, hacer un contrato y elegir la palabra de inicio y de final del juego.
Pasos a seguir antes de empezar a jugar
Decidir el rol
Para saber qué rol quieres desempeñar en el juego, es imprescindible el autoconocimiento y la honestidad y explorar las propias inquietudes, gustos, preferencias y límites.
Escoger un nombre
Es importante ponerte un nombre, como si fueras un personaje de una película. Al pronunciarlo, sabrás que estás jugando y facilitará el hecho de separar el juego de la realidad, lo que es muy recomendable.
Hacer un contrato
Es una parte esencial del BDSM. Forma parte del juego y recoge los límites y pactos acordados mutuamente, así como los deseos. Dentro de los límites, se especifican aquellos que son negociables y los que son infranqueables. Es la forma mediante la cual todo queda claro para ambas partes y se asume el compromiso de cumplimiento, dando seguridad a las prácticas.
Establecer una palabra de inicio y final del juego
Conviene prestar atención a la hora de decidir la palabra que inicia y la que detiene el juego (palabra de seguridad). Es importante escoger una palabra fácil de recordar, sencilla, para que se detenga el juego de manera inmediata. Hay que pensar de forma creativa, puesto que utilizar palabras convencionales del tipo “para”, “basta” o “no”, puede invitar a error y cortar el juego en el mejor momento. Tampoco es recomendable escoger una palabra que se utilice normalmente en el contexto sexual, como, por ejemplo: “pecho”, “pelo” o “culo”. Sugerimos palabras como “rojo”, “fuego”… Estas palabras funcionan como una claqueta de cine “Acción” y “Corten”, por ello contienen el control del juego. Al pronunciar la palabra de seguridad, el juego debe detenerse de inmediato.
Sin consentimiento, no es sexo
En cualquier práctica sexual, sea propia del BDSM o no, el consentimiento explícito y entusiasta tiene que estar presente. En el sexo tiene que haber consentimiento por todas las partes. Si no hay consentimiento, no es sexo. Es abuso, violación. Lo peligroso del ejemplo de Cincuenta sombras de Grey es que el tema del consentimiento es ambiguo a pesar de la trama del contrato: Christian le pide a Anastasia que firme un contrato de sumisión y, mientras Anastasia le pide tiempo para pensárselo, este la coacciona para que sea su sumisa. Ana accede, sin poder establecer sus propios límites, y acepta hacer lo que le propone Christian; no porque ella quiera hacerlo, sino por miedo a perderle, por vergüenza o por complacerle. Y esto no es consentimiento, es coacción. Es precisamente por esto que Cincuenta sombras de Grey falla estrepitosamente en la representación del sexo BDSM, ya que en la realidad de este mundo la coacción no es bienvenida.
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¿Por qué nos cuesta tanto entender que a las personas con discapacidad les gusta el sexo?
Si agarramos todos los ...
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¿Por qué nos cuesta tanto entender que a las personas con discapacidad les gusta el sexo?
Si agarramos todos los tabúes sobre el sexo y todos los tabúes sobre la discapacidad y los juntamos para hablar de sexualidad y discapacidad, el resultado es un ultratabú que puede hacer explotar la cabeza a mucha gente. Y es que los mitos, estigmas y eufemismos se crean para no tener que hablar de ciertas cosas. En este caso, hablaremos de los principales mitos que giran en torno a las personas con diversidad funcional y el sexo.
Muchos tabúes y mitos sobre el sexo están siendo derribados, cada vez nos cuesta menos hablar de sexo por el cambio social que estamos viviendo. Sin embargo, parece que no conseguimos normalizar que las personas discapacitadas tienen sexo. Esto puede volverse en nuestra contra, ya que todxs corremos el riesgo de ser personas con discapacidad en cualquier momento; ya sea por un accidente, una enfermedad o por envejecimiento. Nuestra incapacidad para hacer según qué cosa puede llegar en cualquier momento, y cuando esto ocurra, ¿cómo te sentará que te infantilicen o te discriminen?
Pues mal. La negación de la identidad y dimensión sexual es un problema que afecta al 15% de la población mundial. En el mundo, mil millones de personas viven con algún tipo de discapacidad. En esta línea, hay que tener en cuenta que hay muchos tipos de discapacidad: física, motora, intelectual, psicosocial, sensorial, múltiple y visceral; algunas son desde nacimiento, otras son adquiridas. Además, la discapacidad puede darse en muchos grados diferentes, afectando en mayor o menor medida a la autonomía de la persona.
En definitiva, las personas con discapacidad tienen el derecho y las ganas de disfrutar de su sexualidad sin tapujos. Por este motivo, vamos a desmontar los grandes mitos respecto a la sexualidad y la discapacidad.
1. Son asexuales: no les interesa el sexo ni tienen deseo sexual
Nada más lejos de la realidad. Todxs somos seres sexuales porque la sexualidad es una dimensión más de la vida de cualquier persona. A menudo, por intentar proteger a las personas con discapacidad, se les ha infantilizado con el tema de la sexualidad. Como si eso del sexo no fuera con ellas. La realidad es que sí que tienen interés por el sexo y sí que quieren tener sexo, pero muchas veces no disponen de la información ni los recursos necesarios para llevarlo a cabo. Hay que tener en cuenta que el deseo sexual es algo involuntario, está en el cerebro y es clave para disfrutar del erotismo y la sexualidad.
2. No pueden tener sexo
El sexo va mucho más allá de la penetración. La sexualidad es un espectro muy amplio, y el sexo abarca tantas prácticas como te puedas imaginar. Incluso si una persona tiene una discapacidad física que le afecta a su respuesta sexual (como, por ejemplo, la erección o la eyaculación), esto no significa que no pueda tener sexo.
3. No pueden tener orgasmos
¿Sabías que para tener un orgasmo no hace falta la estimulación de los órganos genitales? Sí, has leído bien, se puede tener un orgasmo mental y se llama paraorgasmo. Tener una discapacidad no quiere decir que haya que renunciar al placer. El cerebro y la piel son los órganos sexuales más importantes. Se trata de ampliar las zonas erógenas y experimentar.
4. No son deseables
Vivimos en una sociedad hipersexualizada, y la mayoría de personas no nos encontramos dentro de los estándares de belleza. Si pensamos que una persona por el simple hecho de tener una discapacidad no puede tener pareja, es porque implícitamente asumimos que no es deseable. La atracción física es totalmente subjetiva, ¿o acaso te gusta todo el mundo?
Cada vez nacen más proyectos y movimientos para acabar con el estereotipo de que las personas discapacitadas no pueden ser sexys.
5. No pueden tener hijxs
Otro mito muy común es pensar que las personas con discapacidad no deberían tener hijxs si su discapacidad se transmite genéticamente. ¿Qué hay de malo en tener una discapacidad? Muchísima gente que vive con una discapacidad es feliz y están muy orgullosxs de ser como son.
Además, el número de discapacidades que afectan a la fertilidad o al sistema reproductor es muy pequeño. Hay que tener en cuenta que, aun si se tiene incapacidad para tener hijxs, siempre están las opciones de adopción o acogida.
6. Tienen que pagar por tener sexo
Son muchas las personas que no pueden acceder a su propia estimulación. No obstante, cuentan con alternativas para hacerlo posible, como los juguetes sexuales adaptados o la asistencia sexual. Lxs asistentes sexuales son personas que ayudan a aquellas con diversidad funcional a poder disfrutar de su sexualidad. ¿Cómo? Dándoles la oportunidad de acceder a su cuerpo con otras manos. No tiene nada que ver con la prostitución. Al contrario, lxs asistentes sexuales actúan más como terapeutas, acompañando a la persona usuaria en el propio proceso de conocimiento de su sexualidad.
7. Son una carga para sus parejas
El hecho de tener una discapacidad no tiene por qué ser sinónimo de depender de una tercera persona para realizar las actividades de la vida diaria. Y en ningún caso significa que la discapacidad provoque que la relación de pareja sea menos satisfactoria o que tengan menos que aportar.
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Para terminar, si te has quedado con ganas de saber más sobre este tema, te recomendamos el documental Yes, we fuck!, que aborda la sexualidad de las personas con diversidad funcional de una manera exquisita. Además, son muchas las personas con discapacidad que están alzando la voz y derribando estigmas. Un ejemplo de ello son Shane y Hannah, una joven pareja que no tiene miedo de mostrar su vida, su relación y su intimidad con mucho sentido del humor. Pásate por su canal de YouTube, ¡te advertimos que te van a enamorar!
Quickie para personas con agendas complicadas
Te haces mayor y se van sumando a tu vida cada vez más responsabi...
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Quickie para personas con agendas complicadas
Te haces mayor y se van sumando a tu vida cada vez más responsabilidades: trabajo + casa + vida social + hijxs + mascotas. Con todo esto tu agenda comienza a llenarse. Llevas mucho tiempo con tu pareja y, en medio de tanto ajetreo no tienes tiempo ni ganas para tener una buena sesión de sexo.
Todas estas responsabilidades invaden tu agenda y tu cabeza, por eso, a pesar de que siempre te contamos que el sexo mejor con calma, hoy queremos hacer una oda al sexo rápido o, como le llaman en los países anglosajones, un quickie.
Los quickies puede que no te hagan llegar al orgasmo, pero sí que te harán tener un subidón de pasión. Son muy divertidos, son calientes, inesperados e ideales para cuando se tienen solo 5 minutos. Vale con una simple mirada, un beso pasional o unas palabras susurradas al oído para encender esa llama que está atrapada en la rutina del día a día.
Los quickies, como la comida rápida, son buenos para satisfacer un momento concreto de pasión, pero no son recomendables como una práctica habitual. Lo ideal sería combinar los rapiditos con sesiones de sexo a fuego lento. De esta manera, podrás romper la monotonía y satisfacer el libido según el tiempo y el espacio de intimidad que tengas.
Queremos que puedas disfrutar más de un buen quickie, por eso te hemos preparado varios conceptos y unos trucos para que entiendas el sexo de otra manera. Porque aquí no se trata de tener un orgasmo, sino de redefinir el concepto de placer y compartirlo con tu pareja:
Orgasmo vs placer
El placer y el orgasmo no son lo mismo. El orgasmo es la descarga de la tensión sexual fruto de la excitación o, dicho de otro modo, la mejor manera de culminar tu respuesta sexual. Es cierto que para llegar al orgasmo es posible que necesitemos tiempo. Pero a veces, cuando tenemos una relación de pareja nos cuesta encontrar esos espacios de relajación y tiempo suficiente como para dejarnos llevar y poner los 5 sentidos a favor de nuestra sexualidad. Esto no va de orgasmos, va de placer. Esa sensación que recorre tu cuerpo cuando haces algo que te gusta y que es el mejor aliciente precisamente para seguir con nuestras vidas ajetreadas y llenas de contratiempos.
El sexo es más que sexo
El sexo puede ser cualquier cosa que te excite, que te guste, en definitiva, que te genere placer, y estas cosas son las que pueden encender la llama antes del quickie. Algunos ejemplos:
Besar, lamer, chupar y acariciar cualquier parte del cuerpo es sexo. El cuello, las orejas, la nuca y los pechos son algunas de las partes más excitantes.
Susurrar tus fantasías eróticas a tu pareja al oído es sexo. ¿Te atreves a excitar a tu pareja sin ni siquiera tocarla? Puedes leerle en voz alta algunos de nuestros relatos eróticos.
Masturbarte delante de tu pareja es sexo. Ya sea con cualquiera de nuestros juguetes o con tus propias manos. Ver a la otra persona disfrutar también nos genera muchísimo placer.
Las caricias con ropa son sexo. Rozarse, acariciarse y besarse es igual de excitante con o sin ropa.
Las conversaciones subidas de tono son sexo. Ya sea en persona o por WhatsApp, dile a tu pareja todo lo que te gustaría hacerle o que te hiciera y no escatimes en detalles. Anticipar el deseo es la clave para aumentar la excitación y volver a recuperar esas ganas del principio.
El sexting es sexo. Mandar un mensaje con unas palabras subidas de tono es una buena sorpresa para ir preparando el terreno.
¿Qué cosas te excitan más? Piensa en eso y busca a tu pareja en un momento hot para tener una sesión rápida de sexo.
Sexo sin tiempo, un 2x1
Este artículo va para personas como tú, que no paran y no tienen tiempo de agendar una larga sesión completa de sexo, por eso te queremos dar unas cuantas ideas de momentos para aprovechar y echar un buen quickie:
En la regadera: unas caricias, unos besos y quizás unos juegos intensos bajo el agua son la mejor manera de empezar o acabar el día.
Durante las tareas de casa: a todo el mundo le aburre dedicar el sábado por la mañana a poner la lavadora y sacar el polvo de la aspiradora. ¿Qué tal si lo hacemos desnudxs o ligeritxs de ropa y con un poco de música para subir la temperatura?
Preparando la cena: la gastronomía es un gran placer en sí misma, pero pierde el encanto cuando no tenemos tiempo. Piensa la manera más sexy que se te ocurra de hacer la cena, susúrrense cosas al oído o cuenten sus fantasías más locas.
Durante el home office: ahora que las oficinas se han movido a casa, aprovecha la pausa del café para echar un rapidito. No hay mejor manera de poner la mente en blanco.
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Dale una oportunidad al quickie. No se trata de tener el mejor orgasmo de tu vida, sino de entender que hay distintas formas de tener placer y que en la variedad está la clave para mantener la llama y la conexión que tienes con tu pareja.
5 posiciones para disfrutar del sexo bajo el agua
Sin haberlo pensado mucho, ha saltado la chispa. El agua recorre ...
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5 posiciones para disfrutar del sexo bajo el agua
Sin haberlo pensado mucho, ha saltado la chispa. El agua recorre nuestros cuerpos, nos acaricia el rostro, se desliza por el pecho deteniéndose, por un segundo, en el ombligo. Sigue su camino hacia las nalgas. Presionas tu cuerpo contra el de tu pareja. Besas su cuello. Y entonces, empieza la acción. En muchas ocasiones el agua es un elemento que juega a favor de la excitación: dos cuerpos húmedos uno junto al otro.
Aunque en el cine, las caricias y el sexo bajo el agua parecen una cosa sencilla, en la práctica, no sale tan natural. Descubres que el agua tiene mil propiedades maravillosas, pero una de ellas no es la de lubricar la piel de manera eficiente. La sensación que provoca el roce (sobre todo en las zonas más delicadas) es la de habernos convertido en cartón. Pero no te preocupes, porque tiene una solución muy sencilla.
A continuación, te contamos un truco infalible para que nada influya en el sexo bajo el agua y 5 posturas para que disfrutes en la regadera, un baño en la piscina o en el mar (si lo hacen en un lugar público, por fa no escandalizar a nadie, ni que les pongan una multa) como nunca lo habías hecho antes:
Y así se hace la magia
Podemos pasar de algo muuy prendido, a una incómoda sensación de rozadura en un instante. El “efecto especial” que no te cuentan en el cine consiste en lubricarse con un producto adecuado. El secreto son los lubricantes a base de silicona, los mejores para tener sexo bajo el agua. Estos son además compatibles con preservativos y con juguetes que no sean de silicona. Si lo usas vaginalmente, que sea de manera puntual y nunca como algo habitual, ya que puede generar infecciones. En ningún caso utilices jabones o cremas como lubricantes, no están pensados para ser usados en las partes genitales. Mejor tener un buen "faje" bajo el agua y seguir fuera, que utilizar un producto que puede afectar negativamente tu vulva o pene. Recuerda: para que todo fluya, lubricante a base de silicona.
Pequeño apunte antes de poner manos a la obra:
Estas posturas son solo ejemplos, déjense llevar por la pasión y una pizca de imaginación, jugar con las manos, los dedos, y la boca es clave. Todo el cuerpo es un gran potencial de placer.
Regadera de placer
Esta es una postura con la que puedes disfrutar de un baño bajo la regadera con un toque extra de placer. Se pueden alternar las piernas de apoyo y los brazos y apoyarse en la pared para tener más seguridad. Una de las personas eleva la pierna y se sujeta al cuello de su pareja, quien sujeta el muslo y lo empuja contra sí. Esta postura es muy versátil: pueden jugar con las manos, un juguete sumergible o jugar con la penetración.
Se necesita una buena sincronización de movimientos en pareja, fuerza muscular y una ducha amplia y antideslizante. Si el suelo resbala, siempre podrán usar un tapete para pisar en firme. Sensualidad y diversión, sí… ¡pero sin caídas!
De cara a la pared
Esta es otra postura ideal para la regadera. Una de las dos personas se apoya contra la pared, inclinando el cuerpo hacia adelante mientras hace fuerza con los brazos y apoya las nalgas contra su amante. La persona que se sitúa detrás puede optar por la penetración o jugar con las manos. Esta postura puede ser también una buena de manera de explorar el sexo oral desde otra perspectiva: persona situada detrás se arrodilla y recorre con su boca y lengua por toda la zona de los genitales.
Diversión en la piscina
En una piscina en la que se haga pie o en un jacuzzi que permita apoyar las rodillas en el suelo ejercitaremos los brazos en pareja. La persona que se inclina sobre el borde necesitará hacer uso de los tríceps, mientras que la que se sitúa de pie (o de rodillas, dependiendo de la profundidad) atraerá a su pareja contra su pelvis. Puede usar un solo brazo para aprovechar la mano libre y acariciar aquello que desee.
Plancha gustosa
Esta postura es perfecta para disfrutar de una penetración profunda. La tensión abdominal de la persona tumbada deja el abdomen como una piedra, pero también incrementa el placer. La persona situada detrás necesitará ambos brazos y un buen impulso de glúteos. Una postura para disfrutar del fresquito, de una penetración placentera y de paso hacer ejercicio para fortalecer el abdomen. Un 3x1 de placer intenso.
Di mi nombre
Otra postura genial para practicar en un jacuzzi o en una piscina con escalón. Estarán cara a cara para poder besarse, sentir una conexión más intensa y acariciar todo el cuerpo. Es una postura genial para olvidarse de la penetración, disfrutar de los cuerpos sin más y darle una vuelta a la canción Di mi nombre de Rosalía: “Di mi nombre, pon tu cuerpo contra el mío, y que lo malo sea bueno e impuro lo bendecí'o, ya me abrazas sobre tu cuerpo, en la esquina de tu piscina” ;)
Un consejo: funciona mucho mejor si quien se coloca debajo puede agarrarse bien al borde para no flotar de más.
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Dale una vuelta al sexo bajo el agua con este Kamasutra acuático y adáptalo a tus gustos y los de tu pareja. No te olvides del lubricante de silicona para disfrutarlo sin irritaciones, y recuerda nuestro eslogan favorito: “que todo fluya y nada influya”.
La zona erógena donde se encuentran el clítoris, la vagina y la uretra
Karol G tiene una canción que se llama El ...
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La zona erógena donde se encuentran el clítoris, la vagina y la uretra
Karol G tiene una canción que se llama El punto G y su letra dice “Sube el caminito, sigue ahí, dale, avanza un poco más, pero si te pierdes yo te voy a esperar en el punto G”. La cosa es que Karol G ya puede esperar en el punto G, que nadie aparecerá porque, según la ciencia, el punto G no es un punto concreto, sino una zona mucho más extensa. Es normal que Karol G lo tuviera mal entendido, durante mucho tiempo se ha hablado del punto G como el Santo Grial del placer “femenino”, lo que causaba esos “orgasmos vaginales” de los que tanto le gustaba hablar a Freud. Según el estudio publicado en la revista Nature, lo que existe es la zona erógena llamada complejo CUV (que comprende el clítoris, la uretra y la pared vaginal), más conocido como zona G.
El punto G no es un punto
La idea del punto G, una zona de placer ubicada en la pared frontal interior de la vagina, fue sugerida por primera vez en la década de 1950 por un científico alemán llamado Ernest Gräfenberg (por eso hablamos del punto G, porque Gräfenberg fue el primero en hablar de esa zona erógena). El punto G se popularizó en la década de 1980 con la publicación de un libro titulado El punto G así como por los descubrimientos recientes sobre la sexualidad humana de Alice Khan Ladas, Beverly Whipple y John Perry.
Sin embargo, más de medio siglo después del "descubrimiento" de Gräfenberg, la naturaleza exacta del punto G sigue siendo difícil de definir. Dentro de la comunidad científica hay mucha confusión, algunos expertos argumentan que no existe, otros insisten que sí. No obstante, cada vez hay más evidencia de que existe una zona en la pared vaginal interior, donde el clítoris se extiende, extremadamente erógena. La llamada zona G.
¿Qué es la zona G?
La zona G (también llamado complejo CUV) es el antiguo punto G, pero sin la mística y con argumentos científicos. Se trata de una zona ubicada a entre unos 3 y 5 centímetros al interior de la vagina, en la pared frontal, que cuando se estimula, puede dar mucho placer. En primer lugar, porque coincide con el clítoris (el clítoris no solo es el botón de la vulva, eso es solo la punta del iceberg de este órgano sexual que se extiende dentro del cuerpo) y el clítoris es el principal órgano de placer sexual. A través de la penetración vaginal con los dedos, juguetes o un pene, se puede llegar a tocar las piernas internas del clítoris, ya que abrazan el canal vaginal. En segundo lugar, esa zona es muy placentera porque se ha descubierto que hay una área en la pared frontal de la vagina que tiene muchas más terminaciones nerviosas y vasos sanguíneos que el resto de la vagina. Y, en tercer lugar, porque cerca de esta zona también está la uretra y, más concretamente, una zona llamada la esponja uretral que contiene dos pequeños conductos que se conocen mejor como las glándulas de Skene (que son, ni más ni menos, ¡las responsables de la eyaculación “femenina”!)
¿Cómo encontrarla?
Para identificar la zona G, lo mejor sería insertar el dedo índice y el anular unos cinco centímetros hacia dentro de la vagina con la palma de la mano hacia arriba. Deberías notar una zona de la pared vaginal donde el tejido es más rugoso, parecido al del paladar de la boca. Justo ahí está la zona G.
Estimulación de la zona G
1. Manualmente
Tan solo tendrás que realizar con uno o dos dedos el clásico gesto de “Ven aquí”, dando suaves toques sobre el punto G.
2. Posturas sexuales
Otra manera de estimular la zona G es mediante la penetración de un pene o de un vibrador. Estas son las mejores posturas sexuales para alcanzarlo con más facilidad:
La carretilla
El desatascador
La v
3. Juguetes
Existen vibradores especialmente diseñados para estimular la zona G que dan en el clavo. Aquí te proponemos el más adecuado según tu nivel de masturbación: principiante, nivel medio o nivel avanzado.
Nivel principiante
Genio Plus
Ola
Nivel intermedio
Maya
Lucas
Nivel avanzado
Morgan
Elvis
Autoconocimiento sexual sin obsesionarse
Lo mejor de explorar la zona G es descubrir una nueva zona erógena y un mayor descubrimiento de nuestro placer y de nuestro cuerpo. Sin embargo, no hay que obsesionarse. Tampoco que dejar que la narrativa de que el punto G es la puerta secreta al nirvana (como la canción de Karol G) ni las comportas a un squirt increíble como se muestra en la pornografía nos lleve a la frustración sexual. Según los estudios científicos, solamente un 6% de las personas con vagina llegan al orgasmo a través de la estimulación de la zona G. Por suerte, la naturaleza es sabia y tenemos más zonas erógenas que temporadas tiene Anatomía de Grey.
Queridas parejas vagina-pene: ya es hora de incorporar un anillo vibrador en sus relaciones sexuales.
Cada vez...
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Queridas parejas vagina-pene: ya es hora de incorporar un anillo vibrador en sus relaciones sexuales.
Cada vez existe más variedad de juguetes sexuales en el mercado. Sin embargo, los que se mantienen siempre en el podio de los más solicitados son los anillos vibradores. Son fáciles de utilizar, son ideales para iniciarse en el universo de los juguetes eróticos, son perfectos para jugar en pareja y, lo más importante de todo, existen modelos accesibles para todo tipo de bolsillos.
¿Qué es un anillo vibrador?
Un anillo vibrador es un tipo de juguete sexual que fue diseñado el año 1200 en la antigua China porque había la necesidad de tener erecciones más duraderas por cuestiones de la herencia de la dinastía Jin. A alguien se le ocurrió la idea de hacer un anillo con párpados de cabra y luego atarla en el pene, y así nació el invento del anillo vibrador. Como su nombre indica, se trata de un anillo que se coloca alrededor de la base del pene, ya sea delante o detrás del escroto, y lo que hace es restringir el flujo de sangre del pene erecto para producir una erección más fuerte y prolongada en el tiempo. Además, también tiene la ventaja de que ayuda a retardar la eyaculación.
Con el tiempo, y como todos los inventos a excepción del paraguas, los anillos vibradores evolucionaron y se perfeccionaron llegando a desarrollar otras funciones, como la estimulación del clítoris o de la zona perianal durante la penetración. Gracias a esta nueva función, si se coloca un anillo vibrador en el pene durante la penetración vaginal, la otra persona se beneficia también del anillo vibrador obteniendo orgasmos más intensos.
¿Cómo usarlo correctamente?
A pesar de que hemos mencionado que eran fáciles de utilizar, cabe mencionar que, para usarlos correctamente, hay que seguir las siguientes normas de uso:
Colocar el anillo vibrador con el pene flácido.
En el caso de que se use preservativo, primero se coloca este con el pene erecto, se coloca primero ponemos el preservativo y luego, el anillo por encima.
No usar el anillo vibrador más de 30 minutos.
No usar el anillo vibrador si se ha tomado viagra.
Es recomendable quitarse el anillo vibrador antes de eyacular.
Es recomendable que el pene esté depilado para no hacerse daño.
¿Qué anillo vibrador escojo?
Si quieres un anillo vibrador para probar con tu pareja, pero no tienes ni idea de cuál escoger, estás en el artículo indicado. A continuación, clasificamos los distintos anillos vibradores según el presupuesto, te contamos en qué se diferencian y te aconsejamos sobre la mejor opción calidad-precio.
Anillos vibradores económicos
Para llevarlo a todos lados: Mío ($599)
Tiene solo 1 modo de vibración.
Funciona con pilas.
Resistente al agua, no sumergible.
Material: silicona hipoalergénica de alta calidad. Libre de látex y ftalatos, con un acabado suave.
Dimensiones: 6,4 cm de largo, 4,3 cm de ancho y 2,5 cm de diámetro.
Es pequeño y tiene un aspecto muy sobrio, perfecto para llevártelo contigo en tus viajes.
Para estimular el clítoris suavemente: Otto ($599)
Tiene 3 modos de vibración.
Funciona con pilas.
Resistente al agua, no sumergible.
Flexible.
Material: silicona hipoalergénica de alta calidad. Libre de látex y ftalatos, con un acabado suave.
Dimensiones: 9,4 cm de largo, 4 cm de ancho y 3 cm de diámetro.
Gracias a su lengua diferencial que estimula directamente el clítoris, es la opción perfecta para ser tu primer anillo vibrador en pareja.
Anillos vibradores con la mejor relación calidad-precio
Para hacerlo bajo el agua: Todo Mío ($999)
Hasta 7 modos de velocidad distintos.
Sumergible.
Batería recargable.
Material: silicona hipoalérgica de máxima calidad con tacto de seda.
Dimensiones: 7 cm de largo, 4,7 cm de ancho y 2,5 cm de diámetro.
Es el anillo vibrador con la mejor relación calidad-precio.
Mantenimiento del anillo vibrador
Para asegurar que nuestra salud sexual y la de nuestro anillo vibrador no se vean afectadas, hay que cuidar de nuestros juguetes sexuales. En primer lugar, se recomienda usar siempre lubricantes a base de agua para que no se rompan. Si por el contrario utilizamos lubricantes de silicona, como la mayoría de juguetes eróticos están hechos de este mismo material, se generará demasiada fricción. Se puede estropear el juguete.
En segundo lugar, después de utilizarlos, es muy importante que limpiemos nuestros juguetes para esterilizarlos. Para ello, se puede limpiar el anillo vibrador con agua tibia y un jabón neutro. Pero para ir a lo seguro, recomendamos el uso de un toy cleaner, para una total desinfección y un mejor cuidado del juguete. Antes de guardar el juguete, tenemos que asegurarnos de que esté seco. No olvides que la higiene es un aspecto fundamental en el sexo.
Apaga el piloto automático: consejos para saborear cada momento de tu práctica sexual
Vivimos en la era de la so...
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Apaga el piloto automático: consejos para saborear cada momento de tu práctica sexual
Vivimos en la era de la sobrestimulación, una era en la que recibimos de forma constante bombardeo de notificaciones y en la que estamos siempre en conexión con lo que ocurre en todo el mundo. Esto nos provoca distracciones, ansiedades y estrés. Lidiar con tal cantidad de estímulos satura a cualquiera, y más a nuestra libido. Nuestra intimidad se ha separado del aquí y el ahora. Parece que la búsqueda de conexión sexual y satisfacción se desarrolla con más frecuencia en las pantallas que en nuestros cuerpos, ya sea a través de aplicaciones, redes sociales, sexting o pornografía.
Es algo que nos ocurre en todos los aspectos de nuestra vida, por esta razón mucha gente se refugia en la meditación para frenar y volver a ser conscientes de lo que les rodea. La revolución en medios sobre este concepto es algo de este mismo siglo, surgió a partir de un especial del magazín Time llamado The Mindful Revolution. El artículo fue el pistoletazo de salida definitivo para el mindfulness, pero ¿sabías que esta práctica tiene su origen hace unos cuatro mil años? Los brahamanes (sacerdotes hindúes) tenían que memorizar cientos y cientos de escrituras. Para lograrlo necesitaban una capacidad de concentración única, sin distracciones. Este duro trabajo supuso el principio de la meditación que se practica hoy en día y que es la base del mindfulness (atención plena). El profesor de medicina Jon Kabat-Zinn se percató de su utilidad, llevándolo al terreno de la psicología conductual. Con su trabajo demostró, por ejemplo, que las recaídas en depresiones disminuían un 50% tras usarlo como terapia “novedosa”. Enseguida se puso en práctica en consultas psicológicas de todo el mundo, y la historia llega hasta hoy.
La práctica del mindfulness se centra en el Ahora, con mayúsculas, para que dejes de juzgarte y puedas disfrutar más y mejor de las pequeñas cosas del día a día. Se ha demostrado su eficacia contra el estrés, el insomnio, los ataques de pánico; sirve para todo esto y mucho más, y también se puede aplicar al sexo. El mindful sex (sexo consciente) es la aplicación de técnicas de mindfulness en la práctica sexual. Se trata de un grandísimo aliado para volver a disfrutar plenamente del sexo y conseguir grandes resultados en terapias sexuales. Visto así, el sexo también puede ser una forma de meditar.
La práctica del mindful sex tiene como objetivo que dejes de lado el piloto automático durante el sexo y vuelvas a disfrutar cada parte del placer sexual, empezando por el autocuidado y el redescubrimiento de tu cuerpo y utilizando la respiración como ancla para volver al aquí y el ahora si tus pensamientos te llevan hacia otro lugar. Se trata de una poderosa herramienta para dejar de juzgarte durante cualquier práctica sexual, con la que puedes descubrir una forma de placer mucho más consciente y plena.
Esta práctica tiene muchos beneficios y aquí te queremos explicar unos pocos:
Conecta contigo y/o con tu pareja
Practicar mindful sex te permite centrarte en todos los aspectos del encuentro sexual, sin estar pensando en otras cosas. Te ayuda a volver a conectar con tu cuerpo y luego con el de tu pareja, si lo deseas, construyendo un lugar y un espacio para ir sin prisas y poder desconectar del mundo disfrutando del sexo lento y consciente. Dejarás de lado tus expectativas para saborear el placer en todas sus facetas.
Encuentra el punto medio entre “deseo y placer”
El deseo son las expectativas, imaginar, fantasear, y es sinónimo de velocidad y ritmo. Este deseo nos puede llevar a la frustración si no conseguimos lo que deseamos. En cambio, el placer es gozar de los 5 sentidos; escuchar, sentir, disfrutar de las sensaciones del momento presente, dejarse fluir... Esto va muy de la mano con la calma y la lentitud. Si vas demasiado despacio, el acto puede acabar en solo cariño y si vas demasiado rápido puede generar frustración. La práctica del mindful sex está aquí para equilibrar la balanza.
Ayuda a tratar dificultades sexuales
Es más común de lo que pensamos pasar por dificultades sexuales como la dificultad de controlar la erección o la eyaculación o la imposibilidad de llegar al orgasmo. El mindful sex aporta un cambio de paradigma a nuestra sexualidad y puede ser de gran ayuda. Deja de lado la idea preconcebida de que el sexo tiene que ser algo rápido y genital, ese fast food sexual que no nos deja estar presentes. Uno de los grandes enemigos del sexo es la presión por cumplir y llegar rápido al orgasmo. Hacer un cambio de chip, ralentizar la práctica e introducir la respiración como factor de concentración te proporcionará un mayor control sobre tu cuerpo y tu respuesta sexual. Esto se consigue aprendiendo a gestionar y orientar la atención moviendo el pensamiento, para que el cuerpo sea el centro de esa atención.
Disfruta del camino hacia el orgasmo
Vive el momento presente olvidándote de las expectativas, los juicios, los deseos y, sobre todo, no te obsesiones con el orgasmo como finalidad última. Goza del recorrido para llegar al clímax. Este es el cambio de mentalidad que necesitas para disfrutar plenamente del sexo, en su conjunto y totalidad. Ten presente la necesidad de conectar contigo, estimular tus sensaciones y salir del modo automático.
Sé consciente de tu respiración
Cuando se trata de sexo e intimidad, la respiración puede ser un catalizador importante para que conectes contigo y/o con tus parejas. Trabajar la respiración es trabajar el control consciente del ritmo. La respiración es de esas cosas que hacemos sin darnos cuenta, pero luego son vitales para mantenernos con vida. Anatómicamente, el corazón está ligado a los pulmones, y nuestros órganos sexuales se vuelven más sensibles cuando el corazón bombea y aumenta el flujo sanguíneo (todas nuestras células dependen del oxígeno que transporta la sangre). Pues la respiración consciente aumenta esa cantidad de oxígeno. La oxigenación del cerebro y el cuerpo activa el sistema nervioso parasimpático y estimula la liberación de hormonas como la oxitocina, relacionadas directamente con la felicidad, la resistencia y la relajación de todo el cuerpo. ¿Qué puede ser mejor para llevar un encuentro íntimo al siguiente nivel?
Alarga tu orgasmo
El orgasmo es relajante, aunque a veces nuestra obsesión para conseguirlo puede provocar frustraciones y estrés. A través de los ejercicios de mindful sex la idea es relajarse antes, llegar al acto sexual en paz y tranquilidad. De esta manera conseguirás disfrutar del recorrido y llegar al orgasmo de manera gradual y mucho más intensa. Si no llegas, no pasa nada, habrás gozado del viaje. La idea es que abras la mente para potenciar los sentidos en distintas partes de tu cuerpo. No todo el placer es genital y tampoco hay necesidad de penetración para recrearse en el placer.
…
Ahora ya sabes algunos de los principales beneficios que puedes conseguir practicando el mindful sex. Suenan bien, ¿verdad? Seguro que ahora mismo estarás pensando: “Todo esto me parece genial, pero ¿cómo se práctica? ¿Qué necesito?”. No te preocupes, te hemos preparado una pequeña guía y una playlist para que puedas introducirte en esta práctica tan placentera y, quién sabe, incluso que la termines incorporando en tu vida cotidiana. ¡Es justo lo que esperamos!
El sexo en el cine tiene el mismo efecto que el de terror: sabemos que lo que vemos es mentira, pero nos lo creemo...
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El sexo en el cine tiene el mismo efecto que el de terror: sabemos que lo que vemos es mentira, pero nos lo creemos igualmente.
Embassy Pictures
Una de las grandes problemáticas del sexo tiene mucho que ver con el golpe que supone la diferencia de las expectativas versus la realidad. Es decir, hemos visto ya muchas escenas de "sexo" en pantalla antes de tener sexo con alguien por primera vez. Y claro… el resultado, siempre, siempre, es decepcionante. Una de las reacciones más comunes es: el sexo está sobrevalorado, ¿no?
No es que las expectativas sean demasiado altas debido a las películas, sino que la tierra prometida simplemente no existe. De hecho, hay un estudio muy interesante realizado por la plataforma médica Zava que compara el sexo que tiene la gente en la vida real con escenas sexuales de 50 películas, entre las que están Titanic, Cisne Negro, En terreno vedado (Brokeback Mountain) y La vida de Adèle. En general, el estudio concluye que el sexo de las películas se aleja mucho de la realidad en tres aspectos: en la representación de los orgasmos femeninos, la práctica inexistente de los mal llamados preliminares (forman parte del sexo) y el uso de protección (solo el 2% de las escenas analizadas muestran, explícita o implícitamente, el uso de preservativo).
River Road Entertainment
Sin embargo, son muchos más los aspectos que hacen que el sexo en la ficción sea enormemente dañino. Según el psiquiatra Ravi Shah, es una pescadilla que se muerde la cola: “la baja autoestima y la comparación con el sexo que vemos en las películas y la pornografía alimentan la ansiedad sexual, tanto en hombres como en mujeres”.
Si la representación de las relaciones sexuales fuera fiel a la realidad, no tendríamos tantas inseguridades en el sexo. No sentiríamos que tenemos que estar a la altura. Sin embargo, el periodista Stuart Heritage apunta que, si las películas mostraran el sexo tal y como es en la vida real, nadie tendría interés en verlo. Por ejemplo, imagina la escena de Titanic. Rose le pide a Jack que la lleve a las estrellas, pero claro, dentro del coche el espacio es muy pequeño, tienen que encontrar la posición en la que lxs dos estén cómodxs, les dan calambres porque no son suficientemente flexibles... Para colmo, todo está impregnado de sudor. Con este panorama, aunque sea con Leonardo DiCaprio, de repente ese viaje a las estrellas ya no es tan atractivo como antes.
Paramount Pictures
Tener sexo en un coche (encima de un barco) no es tan fácil como lo pintan en Titanic. Aunque pueda ser excitante, es enormemente incómodo. Por culpa de esta romantización del sexo en las películas, podemos tardar mucho tiempo en darnos cuenta de que el sexo no tiene por qué ser perfecto. Tiene que ser real.
El sexo real está lleno de situaciones que, cuando nos ocurren por primera vez, tendemos a pensar que somos nosotrxs quienes tenemos el problema, que somos las únicas personas a las que les pasa esto. A continuación, te contamos algunos momentos incómodos durante el sexo que son de lo más comunes, pero que no salen en las películas (¿a lo mejor resultan incómodos precisamente porque no salen en las películas?).
Cuando tu flexibilidad tiene un límite
No todo el mundo lleva haciendo gimnasia o yoga desde los siete años. Si bien la flexibilidad se puede entrenar, también entran en juego factores como la genética o la edad. No te apures y llega hasta donde te sientas a gusto. Si una postura en concreto te exige demasiado, no te fuerces porque puedes hacerte daño. Ten en cuenta que en el sexo se puede retroceder en cualquier momento.
Cuando te das cuenta de que tienes un pelo púbico en la boca
En el mundo de la pornografía o en el cine mainstreams no se ve ni un pelo, pero en la vida real esto no es así. Por este motivo, es muy posible que cuando le practiques sexo oral a otra persona te encuentres algún que otro pelo púbico en tu boca. No pasa nada, son gajes del oficio.
Cuando tu cabeza está pensando en otras cosas
Es muy común tener pensamientos intrusivos en medio de un encuentro sexual: cosas que nos han pasado durante el día, tareas que tenemos pendientes o hasta pensamientos negativos sobre nuestro propio cuerpo. A todo el mundo le ocurre. Cuando detectes uno de estos, intenta concentrarte en el sexo: establece contacto visual con tu pareja y céntrate en tu cuerpo.
Cuando empiezas a notar el ácido láctico en tus músculos
Llevan mucho rato con la misma postura e intensidad y tus cuádriceps lo notan de tanto ir arriba y abajo, pero tu pareja está a punto de llegar al orgasmo y te grita que no pares. Tienes dos opciones: o intentas seguir, llorando de dolor, o pides cambio de postura. Por algo se queman tantas calorías durante el sexo.
Cuando se escapa un pedo vaginal
Cualquier persona con vagina ha experimentado alguna vez, durante el sexo, un pedo vaginal. No huelen nada y es natural tenerlos, ya que se producen por el aire acumulado en el interior de la vagina (como consecuencia de la penetración de un pene, un juguete o los dedos). Cuando te pase, no pidas perdón porque es un fenómeno totalmente natural e involuntario. Lo mejor que puedes hacer es reírte.
Cuando la otra persona no quiere usar protección
Esto es una red flag más grande que un campo de fútbol. Lo mejor que se puede hacer en esta situación es ¡bomba de humo! O sea, ¡corre!
Cuando te duele la mandíbula de tanto hacer sexo oral
Si eres una persona comprometida y disfrutas tanto recibiendo como dando placer, seguro que te has encontrado en esta situación. Tienes la sensación de que llevas horas allí abajo, pero sabes que la meta está muy cerca. Aunque sea el último sprint puedes parar cuando quieras.
Cuando chocan sin querer o te pegas un buen golpe
A veces el sexo puede ser un deporte de riesgo. Si nadie ha salido gravemente heridx, que siga el partido.
Cuando pierdes el interés en hacerlo justo cuando lo están haciendo
Pensabas que te apetecía y que conseguirías ponerte a tono, pero no hay manera. Si las ganas de sexo se han desvanecido, es recomendable hablarlo y dejarlo para otro rato. No pasa nada, estas cosas pasan. ¿Netflix?
Cuando te cuesta llegar al orgasmo
Estás a punto de llegar al clímax todo el tiempo, pero nunca llega. Y empiezas a obsesionarte con llegar. Esto es lo más anticlímax que te puede pasar. Vuelve a la casilla de salida y disfruta del viaje.
Queremos sexo basado en hechos reales
No es que tratemos de ridiculizar el sexo en las películas, sino que buscamos un retrato realista. Por suerte, cada vez están apareciendo más series de televisión y películas que no tienen miedo de mostrar el sexo tal y como es. Por ejemplo, tanto Sexo en Nueva York (HBO) a finales de los noventa como Girls (HBO) durante la década del 2010 son dos series de televisión que ayudaron mucho a normalizar el sexo y a retratar la sexualidad de manera realista.
Más recientemente, Netflix ha producido otros proyectos que destacan por su sexpositivismo y que han tenido un gran éxito de audiencia. Así que, señor periodista Stuart Herige, parece que la gente sí tiene interés en ver sexo realista. Un ejemplo de ello es Sex Education, que se ganó rápidamente el estrellato dando todos los mensajes correctos y necesarios, tratando temas como la masturbación femenina, las lavativas, la normalización del aborto, el vaginismo, las parafilias, el consentimiento o el vagina shaming (ni chocho ni chichi: vagina). Se trata de una serie ideal para educar sexualmente a lxs más jóvenes (y no tan jóvenes).
HBO
Sexo en Nueva York y Girls abrieron el camino, y poco a poco se va ampliando la lista de películas y series que nos representan y con las que podemos sentirnos identificadxs sexualmente. Algunas no tienen pérdida, como por ejemplo Big Mouth, una serie de animación para jóvenes y adultxs sobre el descubrimiento de la sexualidad en la adolescencia con mucho humor. O la serie Normal People (Hulu), que es una historia de amor que vale la pena solo por ver la escena en la que lxs protagonistas lo hacen por primera vez y se lo que nunca se ve: como Connell se pone el condón. La premiada Fleabag (Prime Video) nos regala una escena donde la protagonista se masturba al lado de su novio viendo un vídeo de Barack Obama. También cabe mencionar Shameless, Special, Easy, Euphoria, Orange Is The New Black, Master Of None, Queridos blancos… La lista es bastante larga y no para de crecer. Será que algo estamos haciendo bien.
El espacio personal y la intimidad son un bien preciado, sobre todo ahora que a muchxs nos ha agarrado la cuarente...
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El espacio personal y la intimidad son un bien preciado, sobre todo ahora que a muchxs nos ha agarrado la cuarentena con roomies, pareja o familiares.
En el día a día es fácil encontrar un rinconcito para relajarnos, dejarnos llevar, pensar y tener tiempo para nosotrxs mismxs, pero ahora no podemos hacer muchas de esas actividades que nos permitían gozar de nuestra intimidad.
¿No se puede estar solx en esta casa?
Es necesario que tengamos espacios de intimidad, a solas con nuestro cuerpo y pensamientos, para poder afrontar esta situación que estamos viviendo. La rutina a la que estamos acostumbradxs ha parado y ahora es más importante que nunca reinventarnos. Pero ¿cómo puedo mantener mi espacio personal si tengo compañía 24/7?
Te hemos preparado unos tips para sobrellevar este confinamiento de la manera más saludable posible:
Nuevas normas
¡Los cambios son una oportunidad para repensar y reorganizar nuestra vida! Para conseguir facilitar la convivencia en estos tiempos de cuarentena hay que cambiar algunas normas, por eso te proponemos hacer una reunión con tu familia o compis de piso.
Si eres de lxs que siempre tienes la puerta abierta y en vuestra casa el concepto “intimidad” no existe, conviene darle una vuelta para adaptarnos a las nuevas circunstancias.
Es importante que cada persona pueda tener su espacio de intimidad. Para ello, tienes que elegir qué formula les parece más sencilla. Puedes cerrar la puerta, poner un candado, un cartel de “No entrar”, un papel en rojo o verde para indicar si se puede o no molestar o incluso usar una palabra clave para comunicar al resto de la casa que queremos estar a solas. La idea es hacerlo fácil y evitar interrumpir esos mágicos momentos propios.
Una manera de introducir el tema en familia es “Ahora que estamos todo el día en casa y vamos a pasar mucho tiempo juntxs, es importante que también tengamos ratitos de intimidad a solas. Todxs necesitamos pensar y dedicarnos tiempo a nosotrxs mismxs para poder llevar esta situación lo mejor posible y disfrutar más cuando compartamos momentos”. Además, otro punto positivo que tiene es que, si pasan tiempo a solas, tendrán más cosas que contarse después.
Organizar horarios y tareas
En estos días más que nunca es importante hacer una reunión con las personas que viven contigo para definir quién hará qué y cuándo. Aunque de normal todo el mundo sabe qué rol desempeña en casa, es importante repensarlo y cambiar algunos hábitos para adaptarnos a la nueva situación.
Para las tareas del hogar puedes hacer una ruleta donde salgan las personas que participan y las tareas que hay que llevar a cabo. Una vez la tengas, plantea en qué horarios lo vas a hacer para no perjudicar al resto. Por ejemplo, si una persona teletrabaja por la mañana, quizás es mejor pasar la aspiradora al mediodía para no molestar.
También puedes organizar las tareas del hogar para darse más intimidad. “Mientras tú tomas el sol en la terraza, yo limpio los platos; luego yo me relajo en el sofá y tú riegas las plantas”.
¿Cuándo nos juntamos? Aunque vivamos juntxs es importante definir en qué momentos nos vamos a dedicar tiempo y atención, esto nos asegurará que el tiempo compartido es de calidad y nos permitirá tener mejor comunicación. Ejemplo: “Comemos a la vez, pero cada persona cena cuando y donde quiere” o “Cada día desayunamos y comemos a la vez y por la noche nos reunimos para ver una película en familia”.
La flexibilidad en la logística del hogar nos ayudará a superar esta cuarentena con éxito.
Organizar los espacios comunes
En tiempos de confinamiento hay que aprovechar cualquier espacio, sobre todo en depas pequeños o con mucha gente. En muchas casas hay algún cuarto de los trastos o un pasillo que no se usa. Si lo limpias y ordenas un poco puedes transformarlo en tu espacio de intimidad. ¡El cuarto de la plancha puede convertirse en tu nuevo gym!
Si compartes habitación puede ser difícil disfrutar de tu soledad. Si tienes la posibilidad de “mudarte” a otra habitación, estupendo. Si no, te proponemos hacer una separación temporal con una cortina o unas telas que tengas por casa. ¡Cualquier detalle cuenta!
Momentos para pensar
Es importante tener tiempo para pensar en unx mismx, relajarse, escribir tu diario o simplemente descansar mirando el techo”. Para ello, les proponemos que definas tu hora del relax. En este tiempo (el que tú decidas), nadie podrá molestarte. Es tu momento, tuyo y solo tuyo, ¡disfrútalo!
Si eres una persona muy activa y no te va eso de relajarte, puedes empezar por 15 minutos e ir subiendo el tiempo a medida que lo necesites. Lo ideal sería una hora al día que puedes dividir como prefieras.
Recuerda que tu hora de relax no es tu hora de trabajo. Es decir, aunque te pases horas teletrabajando en el despacho a solas, necesitarás tu ratito de tranquilidad al margen de esto.
Y si no te va eso de tener que marcarte un horario de antemano, puedes definir una canción concreta para comunicar a tus compis que estás en tu momento a solas. “Cuando suene esta música quiere decir que no se me puede molestar”.
Momentos para conectar con otras personas
Conectar y compartir momentos con otras personas con las que no convivimos (como pareja, amistades o compañerxs de trabajo) también es fundamental para sobrellevar la situación. No hay que renunciar a nuestra vida social, aunque esta vez sea de manera telemática.
Para poder gozar de la intimidad necesaria para hablar sin tapujos (y sin oídos que nos escuchen detrás de la puerta), podemos establecer unos horarios de socialización. Es perfecto si podemos coordinarlos: “De 19:00 a 21:00 quien quiera hace sus videollamadas y después cenamos juntxs”.
Si sus horarios sociales no cuadran, se puede destinar una habitación de la casa que esté más alejada del resto para que cada persona pueda ir allí a hablar con su círculo social.
Momentos para conectar con tu cuerpo
Incluso si vives en pareja, es normal que te antoje disfrutar de un rato a solas con tu cuerpo. Te proponemos que elijas una hora del día en la que hayas acabado todos tus quehaceres para deleitarte con una ducha de sensaciones. Ponte música agradable, elige tus jabones preferidos y concéntrate en cómo el agua cae por tu cuerpo. Cuando acabes la ducha, mima tu cuerpo con tu crema hidratante preferida sin olvidarte de ningún rincón.
Si tienes bañera, una vez a la semana puedes bañarte con unas sales de baño, música de fondo y, ¿por qué no?, una copa de tu bebida favorita. Este momento spa te ayudará a aliviar tensiones.
Si te antoja, también puede ser un buen momento para marcarte un baile delante del espejo, hacerte un tratamiento de belleza o divertirte bajo la ducha con tu juguete favorito.
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Estos cambios son temporales y pronto podrás volver a disfrutar de tus actividades del día a día, pero mientras tanto… ¡no dejes que la pandemia se lleve tu intimidad!
La pandemia ha cambiado lo que queremos de una relación: más calidad y menos cantidad
¿Cuántas veces hemos oído ...
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La pandemia ha cambiado lo que queremos de una relación: más calidad y menos cantidad
¿Cuántas veces hemos oído el término de nueva normalidad? ¿Qué quiere decir esto exactamente? Isaías Lafuente comentó en una emisión de la cadena SER: "Nueva y normalidad son dos términos en cierto modo contrapuestos. Para que algo sea normal, se necesita una cierta costumbre. Cuando ya una cosa es normal, no es nueva. Y si es nueva, todavía no es normal". Tenemos esta sensación constante de vivir en una época llena de contradicción, y añoramos muchas cosas que antes dábamos por sentado como el contacto físico o el simple hecho de poder tener una cita sin darle demasiadas vueltas a la cabeza.
Nos hemos adaptado a una manera de vivir y convivir distinta. Una cosa está clara: la pandemia nos ha cambiado, ha cambiado nuestra manera de hacer las cosas y sobre todo de relacionarnos con los demás. ¿Dónde ha quedado el ritual de saludar de beso? ¿Los abrazos infinitos? ¿Las sonrisas cruzadas en la calle? ¿Un acercamiento en la discoteca? ¿Un roce de manos en un bar? ¿Un: “esta invito yo”? Ahora vivimos bajo las leyes del distanciamiento social, de la barrera impuesta por las mascarillas y tenemos cada vez más esa necesidad de sentir piel contra piel, tener un contacto físico más directo y cercano. Definitivamente, uno de los ámbitos que más está afectado por la pandemia ha sido nuestra vida amorosa.
Aunque el COVID haya provocado unas circunstancias excepcionales en nuestra manera de relacionarnos, y no podamos hacer tantas cosas como deseamos hacer, eso no significa que no sigamos amando o intentando amar.
La pandemia no solo ha cambiado la danza del ligoteo, sino también a las parejas estables. Algunas parejas han aguantado esta dura prueba, otras no, algunas personas se atreven a seguir conociendo a gente, otras no tanto. Lo que es evidente es que vivimos en un momento histórico y de allí que hayan salido tantos estudios sobre lo que nos está pasando y cómo ha cambiado nuestra manera de relacionarnos.
Desde Platanomelón hicimos una encuesta en la que contestaron 20.963 personas de edades comprendidas entre los 18 y los 35 años en su gran mayoría, los resultados fueron los siguientes:
El 78% de los solteros admite que le está costando conocer a gente nueva y a un 68% esto le genera angustia.
El 63% de los que tienen pareja cree que el estrés provocado por la pandemia le ha afectado negativamente en su relación.
El miedo al contagio se revela como uno de los frenos a la hora de relacionarnos.
Nuestra sexóloga Monica Branni comenta que “es comprensible que la situación actual genere angustia e inseguridad, especialmente si hablamos de distancia social: somos animales sociales y las interacciones son parte de nuestra naturaleza ya que son nuestra forma de establecer y mantener un vínculo, cuya principal finalidad es sentirnos seguros. En este sentido, no poder relacionarnos como antes, ya sea con una persona nueva o con nuestra familia, es una clara fuente de estrés”
MENOS CITAS A RITMO FRENÉTICO Y MÁS FUEGO LENTO
Todo esto suena muy dramático, pero en realidad no lo es tanto. Nos cuesta más relacionarnos pero la manera en la que lo hacemos es de más calidad. Así lo demuestran varios estudios realizados por aplicaciones de citas:
Ha crecido el número de usuarios que buscaban relaciones más largas frente a quienes querían sexo de una noche. Una encuesta de OK Cupid reveló que el 85% de los 70.000 usuarios entrevistados consideraba más importante desarrollar una conexión emocional que una física, también observó el incremento del 5% de los que buscaban relaciones de larga duración y una caída del 20% de los que buscaban sexo de una noche.
El confinamiento ha incrementado el intercambio de mensajes y la duración de las conversaciones entre usuarios. El intercambio de mensajes creció un 76% y las conversaciones fueron un 26% más largas.
Aumentan las videollamadas antes de quedar. Match.com ha reconocido que las videollamadas entre sus usuarios ha aumentado un 69%.
Un estudio de la aplicación de citas Bumble ha demostrado que la ansiedad que nos ha provocado encontrarnos a solas ha hecho que reflexionemos más sobre lo que queremos y cómo lo queremos. Hemos tenido mucho tiempo para reflexionar y conocernos mejor, y pensar en lo que queremos de una relación. Eso ha hecho que cuando empezamos a chatear con alguien o quedamos en una videollamada busquemos conexiones más profundas y que tengan sentido. Es decir, que intentemos más allá de un encuentro superficial para conocer a alguién en profundidad. Buscamos construir relaciones basadas en la confianza, y esto requiere tiempo y buenas conversaciones.
Helen Fisher, antropóloga y asesora científica de Match.com escribía en el New York Times: “La pandemia está cambiando el cortejo para mejor, no solo porque la gente está forzada a hablar y a conocerse mejor, sino porque también está obligada a tomarse las cosas más despacio. Los solteros están volviendo al juego tradicional, conocer a alguien antes de irse a la cama con esa persona. Hablar en una situación difícil, exponer los sentimientos y los miedos crea las bases para una relación más sólida”.
Nos encontramos ante una situación única que nos da una oportunidad para tomarnos las cosas con más calma y conocernos mejor. Puede que sea el momento de tener menos citas pero de mayor calidad y así poder disfrutar de ese primer encuentro donde nos abrimos frente a otra persona, nos reímos y descubrimos un nuevo universo lleno de mariposas en el estómago, piel de gallina y experiencias que contar. Esa emoción que te da el amor a fuego lento en el que disfrutas de cada instante. Porque en un mensaje, en una videollamada, o en un encuentro a distancia también podemos sentir que el tiempo se para, y olvidarnos de nuestras preocupaciones para simplemente emocionarnos con lo que tiene que contarnos la otra persona y abrirnos a nuevas emociones y sentimientos.
CREATIVIDAD PARA SALIR ADELANTE
A parte de este deseo de tomarse las cosas con más calma, hay que decir que la pandemia ha servido para introducir el autoconocimiento y la creatividad en nuestro día a día. El confinamiento ha servido para que nos exploremos más, y que consideremos que la masturbación es un acto de bienestar. Así lo demuestra un estudio llevado por Tenga (famosos por sus huevos masturbadores Tenga Egg): un 84% de los usuarios encuestados declara que la masturbación es un acto de autocuidado en 2020 frente al 54% en 2016. Conocer nuestro cuerpo y saber lo que nos da placer es un elemento básico para tener relaciones sexuales satisfactorias y plenas.
Las videollamadas están tomando el relevo de los encuentros físicos, tanto para primeras citas como para parejas que viven a distancia y que la COVID les ha cambiado su manera de relacionarse. Hay que reinventarse y darle la vuelta a esta situación tan rara en la que nos encontramos ahora mismo. Menos mal que estamos en el siglo XXI y que han aparecido juguetes sexuales que funcionan a distancia y que podemos tener un poco de fantasía sexual a pesar de estar en ciudades o países distintos, que podemos jugar con apps, con mensajes salidos de tono para luego tener reencuentros mucho más pasionales.
REINVENTAR LA PAREJA
A nivel de parejas la pandemia también ha sido un gran tsunami, el 63% de las parejas encuestadas por Platanomelón considera que el estrés provocado por la pandemia ha afectado negativamente en su relación. Entre las razones, el 61% señala que se debe principalmente a la reducción de la vida social: no ver tanto a amigxs, no hacer tantas actividades, no salir tanto o la imposibilidad de compartir una cena romántica en un restaurante y vivir una situación extrema de convivir 24/7. Es muy difícil tener un momento especial cuando estamos TODO el día con alguién, en el mismo espacio y sin momentos de intimidad para ti. ¿Por qué no incorporar ese concepto de darse más tiempo en el momento de las citas que están aplicando las personas solteras en nuestras relaciones estables?
Tomarse el tiempo de volver a tener una cita, arreglarse y recordar esos momentos que lxs han hecho tan felices. Es el momento ideal para volver a encontrarse y tener esas conversaciones que la rutina del día a día no os dejaba tener. Hablar de los momentos pasados y lo que lxs queda por delante, nuevas aventuras, nuevos sitios por conocer, nuevas maneras de acercarse al sexo. Cuando se sale de un período complicado nos sorprendemos de lo mucho que podemos haber crecido junto a nuestra pareja y no a parte. Uno de los aspectos positivos de la pandemia puede ser que salgamos de esta experiencia con un poco más de respeto por nuestro cuerpo, el de nuestra pareja y ser conscientes del increíble privilegio que es compartirlos. Y si eso no ocurre, también servirá para darse cuenta que necesitamos un cambio y empezar desde cero, a solas o en nueva compañía.
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Esta época de pandemia nos ha servido para replantearnos muchas cosas, pero sobre todo para plantearnos qué es lo que queremos realmente: tanto a nivel sexual como de pareja o de soltería. ¿Qué pasará en la era post-pandemia? ¿Seguiremos con esta tendencia de ralentizar nuestros encuentros? o ¿viviremos una época de locura y desenfreno? A estas preguntas aún no tenemos respuestas, tendremos que ver qué pasa en el próximo capítulo. Pero una cosa es segura: el amor no está en cuarentena. Así que si estás solterx o en pareja no dejes de luchar para conseguir lo que quieres y te sienta mejor.